En Bangladés, país de 146 millones de habitantes, los musulmanes representan el 90% de población y los cristianos no llegan al 1% pero, sin embargo, existe una enorme devoción a San Antonio de Padua, festividad que en este país asiático se celebra a principios de febrero.
Este año, más de 80.000 fieles, entre los que había también muchos musulmanes, budistas e hinduistas, provenientes de todo el país fueron en peregrinación a venerar a este santo católico. Las celebraciones, tal y como recoge AsiaNews, se desarrollaron en el santuario dedicado a este santo en Panjora, en el distrito de Gazipur.
Miles de confesiones
Según afirma el párroco, el padre Joyanto S. Gomes, la de este año es “la participación más alta desde siempre, cuando hace 30 años empezamos a festejar al santo”. Y es que San Antonio de Padua es uno de los más amados por el pueblo de este país.
Su fiesta atrae a su patria a muchos emigrantes que vuelven del extranjero para participar en las celebraciones. El padre Gomes cuenta que más de 6.000 personas, estaban presentes ya desde el día anterior, durante el cual se recitaron oraciones y novenas. Además 4 sacerdotes confesaron al menos a 1.500 católicos.
La veneración de musulmanes, budistas e hindúes
La figura del santo de origen portugués es venerada no sólo por los católicos, sino también por musulmanes, budistas e hindúes. Muchos trajeron ofrendas como bizcochos, dinero, vacas, cabras, palomas- que fueron recogidos por 150 voluntarios. Es el caso de Shuva Rani, de 60 años, hindú, que viene cada año en peregrinación junto a toda su familia. Esta vez trajo como ofrenda dos velas. “Fue mi hijo, que trabaja en Arabia Saudita, el que me pidió que trajera velas. Él reza a Jesús a través de San Antonio y recibe respuestas a sus oraciones”.
El católico Raphael Cruze, de 72 años, es un fiel de la parroquia de Nagari. Él revela que venera a San Antono desde que era niño: “Recibí muchas bendiciones. Mi hijo llevaba mucho tiempo sin trabajar. Yo entonces le recé a al Señor a través de San Antonio que le hiciese encontrar un buen trabajo, y así sucedió”.
Mahabub Islam, musulmán de 40 años que trabaja en una ONG, vino con la esposa. El hombre narra que “un colega mío me habló de San Antonio y de su poder milagroso. Estamos casados desde hace 10 años, pero todavía no habíamos tenido un niño. Vine aquí a rezar a S. Antonio para que intercediese por nosotros delante de Jesús. Esperemos tener la bendición de un hijo”.