El juicio del régimen comunista contra anciano cardenal Joseph Zen Ze-kiun, de 90 años, se ha aplazado porque la juez encargada, Ada Yim Shun-yee, ha contraído el coronavirus, según la prensa de Hong Kong, como el periódico Sing Tao Daily.
La Fiscalía acusa al cardenal y a otros acusados de no haber registrado correctamente un fondo de dinero que administraban. Eso es una versión rebajada y menos grave del delito que se les atribuía cuando la policía arrestó al anciano obispo emérito de Hong Kong y otros detenidos, el 11 de mayo, cuando se les acusó de "colusión" con fuerzas extranjeras (es decir, colaborar con extranjeros) en violación de la ley china de 2020 que busca dificultar que los movimientos democráticos o críticos del régimen reciban fondos del extranjero.
Todo el mundo entiende que en realidad el régimen persigue al anciano cardenal salesiano, que pastoreó a los católicos de Hong Kong de 2002 a 2009, por criticar el régimen y sus últimas leyes antidemocráticas en la ex-colonia británica.
A medida que se multiplicaban las manifestaciones por una mayor democracia en Hong Kong en 2019, los manifestantes iban siendo multados o acosados judicialmente. Los demócratas crearon un fondo llamado Fondo 612 para ayudar a miles de esos manifestantes.
La Fiscalía acusa a los gestores de este fondo de no haberlo registrado, pero los abogados defensores aseguran que era una organización benéfica que no tenía la obligación de registrarse según la Societies Ordinance. La defensa también pide que en la interpretación de la ordenanza se tenga en cuenta el derecho de los ciudadanos a asociarse, consagrado en la miniconstitución local (Basic Law), un aspecto que pondrá en evidencia el nivel de libertad que todavía existe en la ex colonia británica.
Con el cardenal Zen están acusados también:
- la abogada Margaret Ng, bien conocida en círculos democráticos de Hong Kong;
- la cantante y activista Denise Ho;
- el ex diputado de la ciudad Cyd Ho (ya encarcelado por ir a una manifestación no autorizada);
- el académico Hui Po-keung
- y la activista Sze Ching-wee.
Según la agencia misionera AsiaNews, las autoridades habrían suavizado su acusación ante la relevancia internacional del caso que implica juzgar a un cardenal de fama mundial.
El Papa Francisco, en el vuelo de vuelta desde su viaje a Kazajstán el 16 de septiembre, dijo: "El cardenal Zen será juzgado en los próximos días. Él dice lo que siente, y se ve que allí [en China] hay limitaciones. Pero más que calificar, trato de apoyar el camino del diálogo”.