En 2019, el sacerdote John Corrigan, de la diócesis australiana rural de Ballarat, llegó a Roma para el famoso "curso de exorcismos" de seis días de la Universidad Regina Apostolorum. Escribió después su experiencia en un artículo en el semanario australiano Catholic Weekly (y ReL se hizo eco aquí). Corrigan contó que había 7 australianos y dos neozelandeses en el curso, de los que sólo uno era exorcista de verdad, y veterano (con más de 40 años de experiencia). El resto eran sacerdotes jóvenes, ordenados menos de 10 años atrás.
En 2019 encontró que en el curso en Roma también había unos cuantos anglicanos y evangélicos. Eran más abundantes los laicos católicos: médicos, psicólogos, algún experto en demonología, o en apostolados de oración y sanación. Pero la mayoría de asistentes eran sacerdotes.
"En nuestras parroquias encontramos personas que temen la actividad demoníaca en sus vidas, y otros que alegre y obstinadamente se han instalado en prácticas new age", escribió.
John Corrigan, sacerdote de la diócesis australiana de Ballarat,
es un exorcista bastante novato pero ya tiene experiencias inquietantes.
Le gustó el curso. "Fue refrescante estar rodeado de personas que se toman en serio al diablo, pero sin sensacionalismo. El debate era sobrio y pegado a los hechos. Se nos equipó para evitar los errores tanto de los materialistas como de los brujos, para pensar según piensa la Iglesia".
Corrigan volvió con algunas ideas claras, como que se considera que actualmente cuesta una media de entre 12 y 18 meses lograr liberar por completo a un poseso. Corrigan volvió también con la idea de que es importante pedir con frecuencia, incluso cada día, que Dios aumente nuestra fe; "Señor, yo creo, ayuda a mi increencia".
Explicando el exorcismo a los hípsters
El artículo llamó la atención de la popular revista Vice, que se considera un buque insignia de la juventud hípster, al menos la interesada en la cultura contemporánea. Y así la revista contactó recientemente con el sacerdote, quien les explicó que las normas de los exorcismos católicos son importantes para asegurarse que todo sigue un protocolo seguro.
"Hay muchos cristianos protestantes que se meten en este ministerio de exorcismos con un estilo completamente distinto [al protocolo católico]. Y es peligroso. Esos titulares que vemos a veces de que alguien muere en un exorcismo... eso no pasa en la Iglesia Católica porque tenemos todas estas reglas. Pienso en Hollywood: cuando trata de exorcismos, siempre usa sacerdotes católicos", explicó Corrigan a la revista.
Corrigan es un exorcista bastante nuevo en el ministerio y aún no ha visto ninguna verdadera posesión, aunque supone que algún día verá alguna, porque, aunque son muy infrecuentes, existen. Mientras tanto, sí ve bastantes personas heridas por trastear con el ocultismo y fascinadas por lo esotérico, y trata de juntarlas en una comunidad de apoyo mútuo para crecer en la vida cristiana.
La infestación: presencias malignas en casas
"Supongo que lo escalofriante, para mí, y es más común, es la infestación. Las personas sufren posesión, pero las casas y espacios sufren infestación", detalla. Pone ejemplos clásicos: "Entras en una habitación y está 4 o 5 grados más fría que el resto de la casa. Incluso en un día caluroso, cuando abres la ventana, la habitación sigue helada. Mucha gente habla de visiones de fantasmas en cierta parte de la casa, o escalofríos cuando pasan por cierta área. Es escalofriante, porque si vas a esa habitación y tienes la misma experiencia es difícil pensar que ellos sólo se lo imaginan. Pero quizá es el poder de la sugestión. Tengo que atender mucho esos casos", señala.
"Una cosa que me sorprendió es que un exorcista puede tardar meses o años [en limpiar la casa], lo que es muy descorazonador para la gente. Entras y tiras agua bendita y sal bendita. Los católicos están familiarizados con el agua bendita. La sal bendita es más rara, pero es la misma idea. El caso es que el agua bendita se evapora, pero la sal la dispersas por la sala y se queda hasta que pasen el aspirador", detalla. Aún así, a menudo pasan meses o años para "que se vaya ese frío o esa presencia".
"En la mayoría de los casos los fantasmas son imaginaciones de la gente, o hay una explicación, tipo Scooby Doo", señala, refiriéndose a los dibujos animados donde cada fantasma o monstruo es un tipo disfrazado o un astuto mecanismo.
Pero Corrigan cree que "a menudo esos 'fantasmas' no son espíritus humanos, sino demonios fingiendo ser espíritus humanos, sólo por engañarnos. Así que a los 'fantasmas' los trato, en primer lugar, como imaginaciones. Y cuando he eliminado esa posibilidad, los trato como espíritus malignos, no como espíritus de humanos".
Una escena de la película El Exorcismo de Emily Rose, inspirada en el caso real de Anna-Liese Michel. El padre Corrigan dice que es la que da más miedo. Pero El Rito, con Anthony Hopkins, es la que mejor describe un exorcismo real, asegura.
Sobre las películas de exorcistas
Comentando películas (que es lo que interesa a muchos lectores de Vice) considera que El Exorcista, la película clásica, es muy exagerada con sus levitaciones y su niña endemoniada que trepa por paredes. La más cercana a exorcismos reales, dice, es El Rito, con Anthony Hopkins. Y la que da más miedo, piensa, es El exorcismo de Emily Rose. "Lo interesante es que las tres están basadas en casos reales", recuerda.
Detalla también que conseguir el manual con el ritual de exorcismos es bastante difícil. "Mi obispo lo tuvo que pedir para mí, los obispos pueden conseguirlo, los curas no", afirma. Pero luego realizar el ritual en realidad es sencillo: se lee lo que está en negro y se hace lo que está escrito en rojo, sea en latín o en lengua vernácula.
Él cree en el poder del exorcismo, pero cree más en el poder del cambio de vida, en entregar la vida a Dios y vivir bien, con los sacramentos y el estilo de vida cristiano.
"Una de las cosas que aprendí en Roma, que antes no sabía, es que el ritual de exorcismo no es una especie de magia que cambia las cosas de la noche a la mañana. Es importante, pero es más importante que cambie todo tu estilo de vida. Es como lo que aprendí en Psicología: puedes ir a tu terapeuta y tener tu hora de terapia, pero eso no cambia tanto tu vida como tener buenas relaciones, buenos amigos, buena dieta, una familia que te apoya..."
Al mismo tiempo, de forma paradójica, constata que en un país como Australia, que es poco religioso pero también poco dado a brujerías, la increencia protege contra esa influencia directamente oscura. "En un lugar como Sudamérica o África, con mucha pobreza y violencia y fuerte práctica religiosa, hay también brujería. Un católico puede mezclar brujería con su fe, tratar de salir de la pobreza, por ejemplo, o pedir protección para sus hijos en guerras de bandas, y así se meten en asuntos demoníacos. Aquí, en cambio, unos pocos adolescentes usarán una tabla ouija, hará sesiones [de espiritismo] y tratarán de hablar con los muertos, pero no estarán organizando misas negras ni blasfemando contra Jesús", considera.
Y, con todo, incluso los que tontean con la tabla ouija se ponen en peligro. Considera que a la mayoría no les pasará nada pero "quizá uno de cada diez que intentan comunicarse con muertos" se meterán en líos, empezarán a ver cómo las cosas les van mal, pierden trabajos, sufrirán ilusiones, psicosis... "como en El Exorcismo de Emily Rose".
Así, el padre Corrigan deja muy claro que, para él y para la Iglesia, la acción demoníaca es algo serio, no una chaladura. "Creo que él es maligno, es inteligente y más astuto que nosotros", afirma rotundo.