Frente a los riesgos de guerra civil entre el gobierno de Camerún y las poblaciones anglófonas, el centro de análisis geopolíticos International Crisis Group considera que la Iglesia es “prácticamente el único actor” en condiciones de intervenir, explica el diario francés La Croix.
Desde hace tres meses, en las dos regiones anglófonas de Camerún (noroeste y suroeste), que representan un 20% de la población del país, los grupos separatistas armados aumentan las acciones violentas en contra de los símbolos del estado: ataques de gendarmería, secuestros de funcionarios y disputas con el ejército.
Desde finales de 2017, los separatistas anglófonos han asesinado a 31 miembros de las fuerzas de seguridad, según una compilación de la AFP (Agencia France-Presse) establecida a partir de las declaraciones oficiales. Otros observadores en Yaundé, capital de Camerún, mencionan un balance más elevado, mientras que el International Crisis Group habla de 43 miembros de las fuerzas de seguridad asesinados durante los últimos siete meses.
“El riesgo de que el problema anglófono en Camerún se transforme en guerra civil aumenta considerablemente”, añade el informe. El partido de la oposición Social Democratic Front (SDF) declaró el sábado 21 de abril que esta grave crisis socio-económica “ha degenerado en guerra civil abierta”.
Frente al riesgo de “guerra civil”, el International Crisis Group invita también a la Iglesia a “superar sus divisiones y mostrar su neutralidad”. Lamenta las “posiciones discrepantes” de esta en cuanto a la cuestión.
En efecto, el pasado mes de octubre, los obispos anglófonos consideraban que la Conferencia Episcopal, en su mayoría francófona, que denuncia la violencia llamando a conservar la unidad del país, no comprende “plenamente los desafíos de la crisis actual” y no tiene en cuenta la preocupación de la población anglófona.