El vídeo difundido entonces por los terroristas yihadistas llevaba por título: Mensaje firmado con sangre dirigido a la nación de la Cruz.
Sus cuerpos fueron encontrados en una cueva cercana y luego identificados.
La primera misa se celebró el jueves, cuando se cumplían tres años exactos de la masacre. El día anterior el obispo Amba Pavnatius había bendecido los altares.
El templo está situado en Al Ur, pueblo natal de la mayor parte de los mártires, ubicado en el Alto Egipto, 245 kilómetros al sur de El Cairo. Ha sido construido por ingenieros de las Fuerzas Armadas Egipcias y con presupuesto público, en un gesto del presidente Abdel-Fatah Al-Sisi hacia la minoría cristiana.
Consta de dos planos, uno al ras donde se expondrán las reliquias de los mártires y donde, según la tradición copta, habrá una biblioteca y salas para actos y servicios sociales, y un piso superior para la capilla.
El patriarca copto Tawadros II inscribió a los 21 mártires decapitados en el Synaxarium (libro de los mártires de la Iglesia ortodoxa copta) pocos días después de la masacre.
Entre los cristianos egipcios la construcción de la catedral ha sido muy bien recibida, porque podrán orar a familiares y amigos suyos que son ya santos. Según los testimonios recogidos in situ por Asia News, el día de la bendición prevaleció la alegría cristiana por ese motivo.
"Nuestros hermanos están en el paraíso. Eso nos hace felices y rezamos por ello", manifestó Emad Soiman, hermano de una de las víctimas, Magued Soliman.
"Es un día de fiesta. Todos están gozosos y las mujeres lanzan gritos de alegría", dijo Kaddis Adel, amigo de varios de los mártires.