Pese a la inseguridad del país ella afirma que “aquí estoy la mar de feliz” y es una de las siete monjas, la única española, que atiende a más de 500 chicas entre 12 y 23 años que cada día acuden a la casa de acogida que regentan en Bamako, capital del país.
En un reportaje publicado en ABC, la religiosa cordobesa cuenta que las chicas que están internas en el orfanato, más de 200, aprenden a hacer labores como cocinar o coser. “Nuestra misión es formar a las jóvenes para la sociedad”, afirma Mari Carmen, que agrega que “las niñas salen de aquí con empleo”.
El orfanato en el que desarrollan todas estas actividades fue construido por Manos Unidas y es financiado por distintas organizaciones y también por la Diputación de Córdoba. El centro tiene tres comedores y a las chicas que van allí cada día les dan un bocadillo de judías, “les da mucho hierro”, una sala donde arreglan la ropa, un par de salas para dar clases, un ordenador con internet, una capilla, habitaciones y una guardería.
La monja española explica que “los matrimonios son forzados, con 13 años las niñas ya son madres” y además en muchos casos “no han dejado de dar la teta cuando ya están de nuevo embarazadas. Con veintipocos años ya tienen 7 hijos.
Esta casa es una ayuda para estas madres pues “dejan a los niños en la guardería, porque los padres se desentienden de ellos, y así pueden ir a clase”.
“Les buscamos becas y ayudas, y las colocamos cuando salen de aquí”, asegura la religiosa, que además cuenta cómo con los alimentos que hacen –pasteles para bodas, sándwiches- los venden a un precio competitivo y así compran más material para cocinar.