La noticia, adelantada por AsiaNews, de que enviados vaticanos habrían pedido al obispo de Shantou, Pedro Zhuang Jianjian, que se retire y deje su puesto a un obispo "patriótico" (hoy por hoy excomulgado y bajo el control de las autoridades comunistas) ha caído como un mazazo sobre la Iglesia clandestina y perseguida. Hace tiempo que los católicos chinos temen un acuerdo entre el Vaticano y Pekín que incluya cesiones en puntos por los que llevan décadas sufriendo persecución y martirio.
El cardenal Joseph Zen Ze-kiun, de 86 años, obispo emérito de Hong Kong y uno de los más firmes opositores a toda política que implique sacrificar la libertad de la Iglesia ante el régimen comunista, ha anunciado que los obispos fieles resistirán si se llevasen a cabo sustituciones de esa clase.
En declaraciones a Aurelio Porfiri para La Nuova Bussola Quotidiana, el cardenal Zen, en primer lugar, ha confirmado las noticias: “Es sabido que el control de las ordenaciones episcopales siempre fue una pretensión del gobierno chino. Recientemente el Santo Padre hablaba sobre esto con mucha cautela, y por tanto estábamos tranquilos. Pero en noviembre llegó la noticia de que a dos obispos legítimos se les había pedido dejar su puesto a dos obispos ilegítimos, uno de ellos excomulgado. Esto es preocupante, sería algo trágico para la Iglesia en China. ¡Durante tantos años se pidió resistir, ser fieles, y ahora se pide rendirse! Y luego, ¿a cambio de qué? Uno se rinde sin obtener nada, porque este gobierno chino se siente fuerte, atemoriza, tienen medios económicos; parece una cesión de los débiles ante los fuertes, pero… ¡la realidad es que nosotros, en la Iglesia, tenemos mucha fuerza, que es una fuerza espiritual”.
¿Cómo se ha llegado a este punto? “Es verdaderamente difícil entenderlo”, responde el cardenal Zen: “No alcanzamos a ver qué quieren conceder, ¡porque el gobierno quiere controlarlo todo! ¡Y se lo damos todo! Es incomprensible. Si el Vaticano ordena rendirse, algunos, tras años de lucha y de privaciones, aceptarán; rendirse es fácil. Pero habrá otros que continuarán oponiéndose y diciendo lo que la Iglesia siempre ha dicho, que [la Iglesia Patriótica] es una Iglesia independiente y objetivamente cismática. La palabra 'cisma' ha sido evitada por los Papas por misericordia. ¿Cómo se puede decir que es un progreso forzar a todos a entrar en esa Iglesia cismática? Increíble, simplemente increíble".
Recientemente, el cardenal Zen estuvo en Roma y vio al Papa. “Soy un anciano y he viajado recientemente a Roma y por el mundo, pero la edad y algún achaque me aconsejaban ser más prudente. Pero ha habido quien, llorando, me pedía entregar unas cartas al Papa. ¡Y yo no estaba seguro ni siquiera de que le llegasen las mías! Entonces pensé participar en la audiencia general de los miércoles y entregarle una carta en persona. El Santo Padre fue tan bueno que me llamó para tener una conversación con él. De todo ello obtuve la impresión de que el Santo Padre no es favorable a esta rendición completa, a estos compromisos sin fundamento. Esperemos que el Santo Padre detenga esta tendencia equivocada. ¡La fe es nuestro principio! Podemos tener dificultades en acceder a los sacramentos, pero no podemos renunciar a la fe. Así no podemos hablar de evangelización. ¿Qué evangelización existe cuando la Iglesia ya no es lo que debe ser?"