Bartella se convirtió al cristianismo en el siglo II, y desde entonces había contado con presencia de fieles de forma ininterrumpida. La llegada del Daesh fue un golpe muy duro para los cristianos de Irak, quienes se vieron obligados a huir de sus ciudades, convirtiéndose así en desplazados por la guerra contra el terror. Aunque siempre estuvo en mente el regresar algún día. Según afirma el padre Salar, la existencia del cristianismo depende de ellos: “nuestra presencia es en estas tierras, esto significa que si no regresamos a estos pueblos no habrá más cristianos en Irak”.
El 20 de octubre de 2016 Bartella se convirtió en la primera ciudad de la llanura de Nínive en ser liberada. De las 3.400 familias cristianas registradas antes de la invasión, 405 ya han regresado a la ciudad, dispuestas a levantar sus casas. Ayuda a la Iglesia Necesitada inició el Plan de Reconstrucción de Nínive, motivado por el propio deseo de los cristianos de regresar a sus hogares, así como la restauración de su fe. Esta intención vino de los datos recopilados en dos sondeos: el primero en noviembre de 2016, en el que sólo el 3,28% de la población manifestó su deseo de regresar. Sin embargo, en la segunda encuesta de febrero de 2017 la cifra aumentó hasta el 41%.
El llamado “Plan Marshall” no busca solo la reconstrucción de viviendas y los edificios de la Iglesia, sino también facilitar el empleo y los servicios relacionados con la construcción.
La clasificación de las casas se realiza en función de su situación: parcialmente dañadas, totalmente destruidas o quemadas. En la ciudad de Bartella se encuentran registradas 94 casas totalmente destruidas, 347 casas quemadas y 1372 parcialmente dañadas.
Una de las costumbres de Daesh al apropiarse de un domicilio era la de destruir las puertas, dejando todas las habitaciones comunicadas. Las primeras casas vuelven a ser pintadas y reconstruidas. Las puertas vuelven a ponerse donde en su día estuvieron. La reconstrucción es un verdadero símbolo de esperanza, y la ayuda es enormemente agradecida por los que tuvieron que abandonar sus hogares. “Agradezco a ACN que haya contribuido a la reparación de mi casa. No podía dejar que esta casa estuviera sin ocupar ¿Cómo podría no querer regresar? Esta es mi ciudad; quiero regresar y vivir aquí”, así lo dice Nohe Ishaq Sliman, antiguo agricultor de Bartella.
Los desafíos a los que se enfrentan los cristianos de la llanura de Nínive son enormes: más de 23.000 cristianos han regresado y están a la espera de poder reconstruir sus hogares y con ellos sus vidas. 13.000 viviendas están registradas en el plan de reconstrucción. Los cristianos regresan a sus ciudades para, como dice Noor Sabah Dana, “limpiar sus casas y volverlas a hacer habitables”. Noor es arquitecto y se dedica a evaluar los daños, casa por casa.
Desde el comienzo de la crisis, Ayuda a la Iglesia Necesitada ha proporcionado ayuda constante a los cristianos desplazados del norte de Irak. 31 millones de euros para ayuda de emergencia ya sea alimentos o material educativo, para la vivienda o bien ayuda pastoral o de reconstrucción.
Mientras un hombre pinta su casa, Nohe comenta decidido cómo recuperar su hogar. “Las puertas están rotas pero las volveré a poner, el retrete está estropeado pero lo arreglaré. He comprado un nuevo fregadero. Este hombre es pintor y he pagado porque me limpien el suelo”.
Construida por él mismo, destruida por el Daesh y levantada de nuevo con ayuda de la Iglesia y de los ciudadanos de Nínive, la casa de Nohe es la ilusión de un nuevo comienzo, cumpliendo así la promesa: “regresaré y viviré aquí”.
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