"El ministerio de exorcismo y liberación es un ministerio de sanación", expuso el sacerdote, con 12 años de experiencia en exorcismo. "No es el drama de Hollywood, aunque sí hay drama". El presbítero insistió en el carácter caritativo de la ayuda de la Iglesia a quienes sufren la opresión del maligno. "Tenemos una responsabilidad como Iglesia de proveer ayuda pastoral".
La Iglesia ejerce el ministerio del exorcismo siguiendo el ejemplo de Jesucristo. "Jesús tuvo dos partes de su ministerio público: Él oró y sanó", comentó el sacerdote, quien lamentó que muchas veces la única referencia que las personas tienen proviene de las películas que si bien reflejan aspectos con los cuales tienen contacto los exorcistas pierden de vista lo esencial. "Cada persona que viene a buscar asistencia en esta área está sufriendo", agregó. "Esto es lo que hace de este un ministerio sagrado".
El P. Thomas indicó que trabaja con un equipo de personas que incluyen matrimonios, un psiquiatra y un psicólogo que cooperan en la identificación de las posibles causas del sufrimiento de los fieles. Se descarta en las etapas tempranas las posibles circunstancias médicas que pudieran explicar algunos de las dolencias. Además de causas materiales, se pueden identificar problemas espirituales como pecados no perdonados, incapacidades de perdonar, o vicios arraigados como la ira, la lujuria o la desesperanza. "Uno puede romper esas ataduras en la Confesión", indicó el exorcista.
Cuando las condiciones demuestran un caso auténtico de posesión, se decide realizar el Rito de Exorcismo, de los cuales más de cincuenta ha realizado el P. Thomas durante su ministerio. "Muchas veces los sacerdotes son escépticos y los desestiman (a los fieles que sufren opresión maligna)", lamentó el exorcista. "A Satanás le encanta aislar. Si la gente usa la palabra 'exorcismo' o la palabra 'demonio', no salgan huyendo. No tenemos nada qué temer. Cristo ya ha ganado la batalla".