Una nueva oleada de ataques y destrucción en Faisalabad (Pakistán) ha tenido lugar durante la tarde de este 16 de agosto, cuando una turba islámica arrasó 21 lugares de culto y numerosos hogares cristianos. La motivación de las agresiones sería lo que los atacantes consideran una blasfemia, cuyo autor habría sido un joven, Raja Masih, a quien relacionan con la aparición de una carta contraria a Mahoma y páginas del Corán en el suelo.
Aunque sin fundamento -pues el mismo Masih es analfabeto, y otros acusados de blasfemia en el pasado han llegado a ser condenados solo por hablar con sus vecinos- los vecinos no dudaron en atacar hasta seis centros de culto -una iglesia católica entre ellos- y numerosos hogares en represalia.
Asia News informa de cómo cientos de cristianos de Jaranwala se vieron obligados a huir aterrorizados de sus casas, asaltadas.
Biblias, iglesias y hogares quemados
Yassir Bhatti, un cristiano de 31 años, dijo a la agencia AFP: “Rompieron las ventanas y puertas y se llevaron heladeras, sofás, sillas y otros enseres domésticos para apilarlos frente a la iglesia y quemarlos. También quemaron y profanaron Biblias, fueron despiadados".
Según Imran Javed, coordinador de Voice for Justice y testigo del ataque, los hechos se recrudecieron cuando multitud de ciudadanos se reunieron ante las mezquitas exigiendo una represalia al no probado acto de supuesta "blasfemia" de Masih.
En respuesta a la creciente violencia, los comerciantes cerraron sus tiendas y los manifestantes bloquearon algunas intersecciones importantes. Los agentes del orden intentaron restablecer el orden y garantizar la seguridad. El comandante, flanqueado por el muftí Muhammad Younis Rizvi, se dirigió a la multitud y aseguró que se debían tomar medidas inmediatas contra los acusados.
"Nuestros lugares de culto no son seguros"
El presidente de la Conferencia Episcopal de Pakistán, el arzobispo de Islamabad-Rawalpindi monseñor Joseph Arsad, condenó lo sucedido en Jaranwala y apeló al gobierno de Punjab para que tome medidas inmediatas contra los perpetradores de los ataques.
“Estos incidentes allanan el camino para la inseguridad de las minorías que viven en Pakistán. Nuestros lugares de culto y nuestra gente no son seguros. Que se investigue con transparencia este trágico hecho para que se restablezca la primacía del derecho y la justicia", exigió el obispo.
El primer ministro interino Anwar ul Haq Kakar respondió instando a una acción rápida contra los responsables de la violencia.
El P. Khalid Rashid Asi, director de la Comisión de Justicia y Paz de la diócesis de Faisalabad, ha pedido la intervención inmediata de la policía y la salvaguardia de las residencias e iglesias cristianas para evitar más daños y disturbios.
"El incidente de Jaranwala muestra la extrema necesidad de hacer frente a la escalada de tensiones. Estoy desconsolado: en los últimos días habíamos expresado nuestra preocupación y pedido al gobierno que protegiera a las minorías religiosas. Solo ha pasado un día desde el Día de la Independencia y estamos presenciando un incidente tan brutal. Esta es la verdadera razón por la cual nuestro país no está en buenos términos con la comunidad internacional y enfrenta múltiples problemas políticos y financieros", expresó Rashid Asi.
"No es un caso aislado"
Joseph Jansen, presidente de Voice for Justice, condenó enérgicamente los ataques violentos contra iglesias y hogares cristianos, subrayando la importancia fundamental de investigaciones exhaustivas antes de cualquier acción extrajudicial. La creciente tendencia hacia los prejuicios religiosos lleva cada vez más a menudo en Pakistán a acusaciones y persecuciones infundadas contra grupos religiosos minoritarios.
El presidente de Minority Alliance Pakistan también ha condenado enérgicamente los ataques a iglesias y hogares cristianos. Las leyes contra la blasfemia de Pakistán, que prevén la pena de muerte o la cadena perpetua por lo que se consideren blasfemias contra Mahoma dan lugar con frecuencia a persecuciones contra los cristianos, que a menudo se utilizan para resolver vendettas personales.
“El ataque de la turba contra el asentamiento cristiano de Jaranwala no es un ejemplo aislado de odio religioso -añade Naseem Anthony, otro activista de derechos humanos de Faisalabad-. A lo largo de la historia, numerosos casos de violencia de turbas han tenido como objetivo los asentamientos cristianos en Pakistán: Shanti Nagar Khanewal, Badami Bagh Lahore, Koryyan Village Gojra Faisalabad, Warispura Faisalabad, Youhananabad Lahore y Sialkot. Estos son ataques de la mafia además del linchamiento de personas sobre la base de cargos de blasfemia", denuncia.