Poco antes de la medianoche de este martes se liberó al sacerdote y misionero del Camino Neocatecumenal, Maurizio Pallù, que permanecía secuestrado en Nigeria desde el pasado 12 de octubre.
Precisamente, este religioso ‘itinerante’ que ha pasado por Estados Unidos, Reino Unido, Holanda e Italia además de Nigeria cumple este miércoles precisamente 63 años, y lo hará ya en libertad.
Según informa Vatican Insider, la liberación se ha podido producir tras una delicada negociación llevada a cabo por el ministro de Exteriores de Italia.
Fue secuestrado cuando viajaba para impartir catequesis
El misionero se encuentra bien de salud, y volverá unos días a Italia, antes de volver a África para continuar con la misión. “Maurizio está bien, tenía buena voz, aunque estaba claramente cansado, no tanto por el trato recibido, sino por la tensión vivida en estos días”, afirma el entorno del sacerdote desde Italia.
Tal y como se creía desde un principio, el secuestro fue obra de un grupo de criminales locales que primero asaltó al religioso y después lo alejó del grupo de otras cuatro personas con las que viajaba de Calabar a Benin City para participar en un encuentro de catequesis. Entre los secuestrados también estaban otras personas nigerianas.
Amenazas constantes durante el secuestro
Maurizio relató por teléfono una vez liberado que en el grupo de secuestradores había diferentes opiniones sobre cuál debía ser el destino de las víctimas. En particular, uno de los secuestradores, que presumía haber ya matado a cuatro personas, los amenazaba constantemente.
Sin embargo, el líder, en cambio, con quien Pallù dijo haber “establecido una buena relación”, decidió liberarlos. Probablemente se pagó un rescate, pero por el momento no han ninguna confirmación oficial.
Por ahora Pallù se encuentra en Nigeria, en donde seguirá llevando a cabo su misión durante los próximos meses. Probablemente volverá a Italia por unos días, para abrazar a las personas más queridas y para agradecer a todos los que siguieron con preocupación este momento difícil. Una cercanía que ha “conmovido” fuertemente al sacerdote, según reveló él mismo, sobre todo después de haber sabido que incluso el Papa había afirmado que habría rezado por él.