Tras ocho años esperando a morir en la horca finalmente la cristiana Asia Bibi saldrá en libertad. La Corte Suprema de Pakistán ha anulado la sentencia de muerte contra ella por el supuesto delito de blasfemia contra Mahoma por el que fue detenida y posteriormente condenada en 2010.
Pese a las amenazas y presiones sometidas contra el tribunal por parte de grupos islamistas, los jueces han tomado una decisión histórica que se ha ido demorando años debido a todos los problemas de seguridad que entrañaba el caso.
El presiente de la Corte Suprema, Saqib Nisar, anunció este miércoles en Islamabad el veredicto, tres semanas después de haber tomado una decisión. Este retraso se debió a las amenazas que partidos islamistas realizaron ante una posible sentencia favorable a Asia Bibi.
El anuncio se produjo entre fuertes medidas de seguridad con efectivos de la Policía antidisturbios y especialistas en desactivación de bombas a la entrada de la sede del máximo órgano judicial. En el interior de la sala comandos del cuerpo antiterrorista sin armas fueron desplegados para mantener la seguridad.
La endeblez de las "pruebas" contra ella
“Su condena ha sido anulada y debe ser liberada de inmediato si no hay otros cargos”, dijo el presidente del tribunal leyendo la sentencia.
Los jueces han indicado que la fiscalía “falló categóricamente en probar este más allá de toda duda razonable” destacando además que el caso se basó en todo momento pruebas endebles a la vez que no se habían seguido los procedimientos adecuados. Por otro lado, los magistrados recordaron que la supuesta confesión fue realizada frente a una multitud que “amenazaba con matarla”.
Una vez liberada, ¿cómo protegerla?
El mayor problema al que se enfrenta tanto Asia Bibi como su familia es el de la seguridad. Los grupos islamistas han anunciado en numerosas ocasiones que los matarían si esta cristiana era liberada, y que sembrarían el caos en el país.
De hecho, en estos ocho años de calvario que ha sufrido esta mujer de 47 años y madre de cuatro hijos los islamistas han asesinado a personalidades relevantes que se atrevieron a defenderla en público. En 2011, Salman Taaser, gobernador de la provincia de Punjab pidió que se perdonara la vida de esta humilde campesina y que se revisaran las leyes de blasfemia. Fue asesinado a tiros a plena luz del día por su propio escolta, partidario de este tipo de leyes.
También en 2011 fue asesinado Shahbaz Bhatty, católico y ministro de minorías en Pakistán, así como único cristiano en el gabinete. Cuando iba en coche fue tiroteado y asesinado tras haber defendido públicamente a Asia Bibi. En estos momentos ya se ha abierto su proceso de beatificación.
Ante esta situación, el gobierno de Pakistán deberá desplegar un importante dispositivo de seguridad para proteger a esta cristiana, aunque la única solución factible es que tanto ella como toda su familia abandonen el país, que lo hagan de manera secreta y no se conozca de momento su destino. Son ya varios países los que se han ofrecido para acoger a Asia Bibi.
El precedente de Rimsha Masih
Paul Bhatti, hermano del ministro asesinado, y activista en defensa de los derechos de la minoría cristiana, habló recientemente del caso en una entrevista. Confirmaba que el tribunal absolvería a Bibi, y la situación que se generaría tras el anuncio.
Islamistas en Pakistán exigiendo el ahorcamiento de Asia Bibi
“Hay que tener en cuenta la situación” pues Asia Bibi “no está segura en Pakistán, debemos protegerla: el gobierno y los jueces lo saben”, afirmaba.
Puso el ejemplo de Rimsha Masih, una menor cristiana que también fue acusada de blasfemia y fue absuelta. En aquel caso “el gobierno proporcionó vehículos y helicópteros para sacarla del país, de manera segura, a Canadá”.
Algo similar se dará con Asia. En opinión de Bhatti, “está claro que cuando se anuncie la absolución habrá grandes manifestaciones de extremistas islámicos, y por lo tanto, debemos tomar las precauciones necesarias. Sin embargo, el gobierno y los jueces han demostrado que tienen el coraje de tomar decisiones difíciles como cuando ejecutaron al asesino de Salman Taaser, que fue ahorcado”.
Un éxito de la perseverancia de la presión internacional
Para conocer los hechos hay que remontarse al 14 de julio de 2009 cuando esta campesina católica cosechaba y fue al pozo a beber agua. Essam, hija de Asia, recuerda con dolor el día en el que presenció la brutal detención de su madre: "Mi mamá trabajaba en el campo. Salió a beber agua y la tomó de donde bebían los musulmanes; los musulmanes lo vieron ´impuro´ y discutieron cinco días sobre ese tema. Al quinto día, la sacaron de casa, rodeada por todo el pueblo. Nosotros éramos la única familia cristiana de la aldea, junto a la de mi tío".
"Yo tenía 9 años", continuó la muchacha: "Aquel día estaba presente junto a ella y soy testigo de toda la maledicencia con la que obraron los vecinos. La cogieron y la llevaron al centro del pueblo, donde ya había una multitud congregada. Nuestros vecinos y los musulmanes de los pueblos de alrededor la golpearon inhumanamente, la degradaron y la humillaron. Mi madre me pidió que fuera a llamar a mi padre, pero no estaba en casa... Después, la policía arrestó a mi madre y se la llevó a la comisaría. Mientras la golpeaban pidió agua, pero nadie le ofreció un vaso de agua, no le daban tregua. Yo misma necesitaba agua porque me encontraba allí y me arrollaban de mala manera. Alguien me cogió y me empujó contra un muro. Estaban abusando de mi madre, le arrancaron la ropa...".
El Papa Francisco, con el marido y la hija de Asia Bibi
La importancia de la presión internacional y del Papa
Sin embargo, desde un principio el caso de Asia Bibi traspasó fronteras y aunque han sido casi diez años desde que fue detenida a la presión internacional que se ha ido ejerciendo por numerosos países, organizaciones internacionales y cristianas y por la Iglesia finalmente ha surtido efecto.
En estos años, tanto el marido como los hijos de Asia Bibi han recorrido el mundo invitados por organizaciones cristianas y de derechos humanos. Su testimonio apareció en medios de comunicación de todo el mundo, concienciando de la importancia de este caso y a la vez presionando a Pakistán para que hiciera justicia e investigara este caso con rigor.
Las cartas al Papa y a su familia
En varias ocasiones han estado también en el Vaticano, e incluso se han llegado a reunir con el Papa Francisco, que definió a Asia Bibi como una "mártir".
La realidad es que fue condenada a muerte y ha pasado estos años en una celda sucia y diminuta por no abjurar de su fe y creer en Jesucristo. En una carta enviada al Papa Francisco en 2014, Asia Bibi decía: “todavía me aferro con fuerza a mi fe cristiana y nutro mi confianza en Dios, mi Padre, que me defenderá y me devolverá la libertad. También confío en ti, Santo Padre Francisco, y en tus oraciones”.
“Papa Francisco, sé que estás rezando por mí con todo el corazón. Sé que, gracias a tu oración, mi libertad podría ser posible. En el nombre de Dios Omnipotente y de su gloria, te expreso todo mi agradecimiento por tu cercanía, en este momento de sufrimiento y desilusión”, agregaba.
“Somos cristianos y pobres, pero nuestra familia es un sol (…). No sé todavía cuándo me cuelgan, pero estad tranquilos, amores míos, iré con la cabeza bien alta, sin miedo, porque estaré en compañía de Nuestro Señor y con la Virgen María, que me acogerán en sus brazos”, decía esta campesina en otra desgarradora carta que envió a su familia gracias a la periodista francesa Anne-IsabelleTollet, y que se recoge en el libro ¡Sacadme de aquí!, que puede comprar aquí.
“Mis niños, no perdáis ni el valor ni la fe en Jesucristo. Os sonreirán días mejores y allá arriba, cuando esté en los brazos del Señor, continuaré velando por vosotros”, agregaba en aquella misiva. A partir de ahora, y si Dios quiere, se lo podrá decir cara a cara y en libertad.