En Occidente al primer ministro indio Narendra Modi se le presenta como un moderado concienciado con el cambio climático, e incluso estos días se reunió con el Papa Francisco, al que invitó a visitar el país.
Sin embargo, la realidad de los cristianos en la India de Modi está lejos de ser buena. En el informe realizado por varias ONG cristianas y titulado “Cristianos atacados en la India” se recoge más de 300 incidentes anticristianos en lo que va de año, impulsados en gran medida como consecuencia de la ley anticonversión ya que impulsa la violencia contra los cristianos en el centro del país.
Según el informe que recoge Ayuda a la Iglesia Necesitada, el BJP (partido nacionalista hinduista) del primer ministro Modi parece estar contribuyendo a impulsar la violencia y la agitación contra cristianos y musulmanes.
Los cristianos del estado de Madhya Pradesh, en India central, viven atemorizados desde que los militantes hinduistas extremistas han intensificado su campaña para lograr la reconversión de los miembros tribales.
“Nuestra gente está asustada porque los grupos hinduistas radicales están presionando a los cristianos tribales para que abandonen su fe cristiana”, afirma el sacerdote Rocky Shah, responsable de relaciones públicas de la diócesis católica de Jhabua.
En Jhabua, donde las tribus indígenas son mayoría, los cristianos representan el 4% de la población. En el estado de Madhya Pradesh, los cristianos representan menos del 1% de una población de 71 millones de habitantes.
Amenaza contra los sacerdotes y los templos
“Los activistas hinduistas están llevando a cabo campañas en las que exigen que se actúe contra los sacerdotes y los pastores que encabezan las comunidades cristianas y han amenazado con demoler nuestras iglesias bajo la falsa acusación de que están construidas ilegalmente en las tierras de las tribus”, agrega el sacerdote.
Afortunadamente, el plan de los militantes hinduistas de destruir las iglesias del distrito no se ha ejecutado gracias a la oportuna actuación de la Administración del distrito. “Se desplegaron más de 300 efectivos policiales para vigilar la catedral católica y otras estructuras eclesiásticas” tras las amenazas de los hindúes radicales, cuenta el sacerdote.
“Ahora, es la Administración la que recibe presiones para que convoque a los sacerdotes, pastores y a algunos líderes laicos cristianos, con el fin de que certifiquen personalmente ante las autoridades del distrito si se han convertido al cristianismo por la fuerza o no”.
En enero de 2021, el Gobierno de Madhya Pradesh promulgó una estricta ley anti-conversión, modificando una ley de 1986, que prevé penas de hasta diez años de prisión a quien se convirtiera ilegalmente a otras religiones distintas del hinduismo -especialmente al cristianismo y al islam-. La ley, en cambio, sí permite la reconversión al hinduismo desde otras religiones, calificándola de mero caso de ghar vapasi (regreso al hogar).
Leyes anti-conversión en 8 estados
Madhya Pradesh es uno de los ocho estados indios (de un total de 28) en los que existen leyes anti-conversión. Actualmente, otros estados gobernados por el partido pro-hinduista Bharatiya Janata (BJP) están estudiando también la posibilidad de promulgar leyes anti-conversión.
El padre Shah sostiene que la nueva ley anti-conversión es una forma de persecución a los cristianos, ya que es una manera de los grupos hinduistas de poner a prueba la fe de indios tribales que se han convertido al cristianismo. Desde la entrada en vigor de la nueva ley en Madhya Pradesh, más de una docena de cristianos, entre ellos sacerdotes, han sido encarcelados. También, se han entorpecido encuentros de oración alegando que fomentan la conversión religiosa, acusación que cualquiera puede formular sin prueba alguna. “Incluso un acto de caridad cristiana puede interpretarse como un caso de intento de conversión”, señala el padre Shah.
Actos de reconversión
El sacerdote también informó que los activistas hinduistas organizaron un acto de reconversión en la sede del distrito, en el que participó un miembro de una tribu reconvertido con el fin de animar a los indígenas a volver a su religión animista, religión que habían abandonado para convertirse al cristianismo. “Cuando intentamos verificar la historia del “reconvertido”, descubrimos que ni era miembro de una tribu ni siquiera pertenecía a la diócesis. Lo trajeron de fuera para desmoralizar a los cristianos tribales”, ha añadido el P. Shah.
Según asegura el sacerdote, el cristianismo en la diócesis “tiene más de un siglo de antigüedad” y los fieles son cristianos de segunda o tercera generación. No obstante, los militantes hinduistas siguen presionándolos para que se reconviertan. “Pero la gente es firme en su fe y no está dispuesta a ello”.
“Nuestros pastores, incluido yo mismo, estamos recibiendo citaciones de la Administración del distrito para demostrar nuestros orígenes cristianos”, afirma Paul Muniya, obispo auxiliar de la Iglesia Pentecostal Shalom con sede en Jhabua.
“Yo me presenté ante las autoridades el 22 de septiembre y ahora estoy citado de nuevo”, dice precisando: “Aprovecharé la oportunidad para dar testimonio de mi fe, ya que no tengo nada que ocultar”, ha asegurado.
Los cristianos también están contemplando la posibilidad de emprender acciones legales si continúa el acoso y la persecución por parte de los grupos radicales hinduistas. “Cooperaremos con la Administración en la investigación, ya que no tenemos nada que ocultar”, afirma el P. Shah, que es autóctono de una de las tribus de la zona.
Falsas acusaciones e investigaciones de la administración local
“Nuestras propiedades, incluidas las iglesias, fueron construidas legalmente con el debido permiso de las autoridades gubernamentales. Por lo tanto, no tenemos inconveniente en presentar las pruebas ante las autoridades si así se requiere”. El sacerdote, sin embargo, culpa a los activistas hinduistas de crear confusión con falsas acusaciones como la conversión ilegal y la construcción de iglesias ilegales. “En muchos casos, los pastores reservan en sus casas una habitación para rezar y eso lo califican de iglesia ilegal”.
Los militantes hinduistas acusaron a 56 líderes cristianos, entre ellos sacerdotes y pastores, de fomentar conversiones ilegales y, a raíz de ello, las autoridades locales citaron a varios líderes cristianos. El padre Shah, sin embargo, valora positivamente que los funcionarios estén tramitando la denuncia, pues asegura que “la verdad saldrá a la luz tras la investigación”.