Hay unos 250.000 católicos muy dispersos, sobre todo de etnia lituana, polaca y alemana, muchos de ellos herederos de las deportaciones de Stalin.
Aunque Kazajistán no es un ejemplo de completa libertad religiosa, las autoridades por lo general han dejado tranquilos a los católicos (tratándose más con la Nunciatura que con los obispos de sus cuatro diócesis) y también han evitado los conflictos con los ortodoxos, y molestando sobre todo a las pequeñas congregaciones evangélicas, pentecostales, adventistas y otros grupos cristianos minoritarios. (El obispo de Almaty, el español José Luis Mumbiela, cuenta aquí la situación de los católicos en el país).
Por eso es noticia que por primera vez desde la independencia del país y la caída de la Unión Soviética las autoridades hayan llamado a un sacerdote ortodoxo para pedir explicaciones por un "comportamiento irregular", a saber, hablar de religión fuera del templo, más en concreto a niños en un campamento parroquial de vacaciones en la montaña, al aire libre.
Muchos han recordado como la URSS permitía oficialmente transmitir la fe a los niños... pero sólo si estaba delante el padre. Un cura dando catequesis a niños en la parroquia podía ser castigado, multado o deportado a campos de trabajo por mucho que mostrase papeles con firmas de los padres permitiéndolo. Por eso preocupa tanto la tentación de volver a los viejos "tics" autoritarios.
El 14 de agosto, Vladimir Vorontsov, rector de la parroquia de la iglesia de la Natividad de la santísima Madre de Dios, se presentó en la primera audiencia en el pueblo de Merke (región de Žambyl, en el sur del país). Una fuente anónima había referido a la policía que Vorontsov, junto a algunos niños y algunos padres del grupo de la escuela dominical, estaba realizando encuentros de oración en un campo de recreación en la montaña.
El padre Vorontsov con algunos niños y algunas madres del campamento
El 2 de agosto, representantes de la administración local, la policía y miembros del Comité nacional de seguridad (KNB) invadieron el campo para una inspección.
En un primer momento, como si volvieran los años soviéticos, el sacerdote fue acusado de extremismo, detención ilegal de menores y contrabando de literatura religiosa.
Los oficiales empezaron a interrogar a los niños pero una llamada telefónica al subjefe de la administración regional los convenció para dejar el tema y permitir que los chicos siguieran sus vacaciones.
Dos días después, Vorontsov recibió la notificación por la violación administrativa y el 6 de agosto fue convocado a un tribunal por haber realizado encuentros religiosos en "lugares inapropiados".
Según la ley kazaja, todos los ritos religiosos deben ser celebrados en lugares públicos de culto. En base a esa ley, las minorías religiosas (protestantes, Hare Krishna o grupos minoritarios musulmanes) son normalmente sometidos a multas y arrestos administrativos por haber rezado, por ejemplo, en casas y pisos.
Pero esta es la primera vez que una similar medida es aplicada a un representante de la Iglesia ortodoxa, segunda comunidad en Kazajistán por número de fieles.
El 10 de agosto miembros del clero ortodoxo fueron convocados por la Administración regional para los Asuntos religiosos para discutir sobre el caso. “La conversación se realizó en tonos encendidos”, escribió Vorontsov mismo. “El señor Omarov (jefe del Departamento, nota de AsiaNews) nos ha tratado como subordinados culpables. La administración para los asuntos religiosos no hizo nada para resolver esta situación, para reconciliarse”.
En una entrevista con Esquire.Kz citada por AsiaNews, Voronstov sostuvo que a las autoridades no le gusta que él haya iniciado actividades como la escuela dominical y se haya opuesto al corte de algunos antiguos árboles.
Sin embargo, para Vorontsov no se trata de “opresión en base nacional y religiosa”, sino de una equivocada interpretación de la normativa: “Confío todavía en las leyes de mi país”.
Los cristianos ortodoxos son la segunda comunidad religiosa del país después de los musulmanes de la escuela hanafita. Hay unos 3.500 edificios religiosos registrados en la República. De ellos, 2.550 son mezquitas, casi 300 son iglesias ortodoxas y casi 200 son de parroquias y entidades católicas.