Pablo Bohórquez es médico oftalmólogo, fotógrafo y presidente de la Asociación Deporte y Artes Solidario (deporteyartesolidario.com) una ONG no confesional nacida en Madrid que trabaja desde hace años en Chad y, más recientemente, en Uganda.
Ha escrito el libro "Destination Chad" explicando la situación trágica de miseria y corrupción en este país, y denuncia que las ayudas internacional oficiales casi siempre se pierden por el camino en manos de Gobiernos y funcionarios corruptos.
Su conclusión de varios años y proyectos solidarios en África la explicaba el pasado 25 de mayo, Día de África, en los micrófonos de la COPE: "Las pocas cosas que he visto que funcionan en África siempre están de las manos de una misión católica. Nuestra asociación no está vinculada con la Iglesia ni tenemos ideología, pero hay que quitarse el sombrero ante esas personas que llevan una o dos décadas dejándose la piel con los más pobres".
Explicó también que su libro está dedicado a los misioneros porque "los misioneros son los superhéroes de nuestro tiempo, ya me gustaría que nuestros hijos tuvieran referentes con esos valores morales".
En 2014, escribiendo una serie de reportajes sobre Chad para El Mundo, escribió: "Esta expedición fue una inmersión en el Chad más profundo de mano de los misioneros, en bolsas de miseria y en algunas de las comunidades más alejadas. Con ellos identifiqué las necesidades más acuciantes, los grupos más frágiles, las mayores injusticias. Convivir con estos hombres y mujeres entregados por su fe al servicio de lo demás fue un privilegio mayúsculo y una enorme inspiración para, una vez en España, conseguir los medios para ayudarlos en la parte más social de su trabajo: la lucha contra la miseria".
Entre las fórmulas que usa la ONG Deporte y Arte Solidario está el hermanamiento de colegios ricos del primer mundo con escuelas pobres de África, "niños de mundos diferentes, pero con las mismas ilusiones y ganas de vivir".
Bohórquez denuncia que "la efectividad de la cooperación [oficial internacional] es bastante dudosa. África recibe cada año 30.000 millones de la cooperación internacional y se gastan 20.000 millones en armamento, las autoridades internacionales son meros títeres de un sistema corrupto". Por eso prefiere animar al trabajo de asociaciones que lleguen allí donde directamente se beneficia a los necesitados, que casi siempre pasa por por misioneros y comunidades católicas firmes, organizadas y estables.