Veintiseis muertos confirmados hasta el momento por el Ministerio de Salud es el balance del atentado sufrido en la mañana del viernes por tres autobuses que trasladaba a un grupo de cristianos coptos desde la provincia de Beni Suef en peregrinación al monasterio de San Samuel en Maghagha, en la región de Menia, 220 kilómetros al sur de El Cairo. Hay un número similar de heridos que han sido trasladados a hospitales cercanos.

El monasterio de San Samuel, quien gobernó una comunidad de un centenar de monjes en el siglo VII, incluye cinco iglesias y zonas ajardinadas, y es un destino habitual de peregrinaciones infantiles.

Los asesinos, entre ocho y diez hombres enmascarados y ataviados como si se tratase de militares, detuvieron el convoy en la carretera cerca del pueblo de Al Adua y ametrallaron a los pasajeros, entre los que había un grupo de niños, de los que parece que solo han sobrevivido tres.


Las autoridades temen que el número de víctimas aumente por la gravedad del estado de algunos heridos.

Por el momento no hay reivindicación, pero todo apunta a un nuevo crimen de la rama egipcia de Estado Islámico, que prometió, poco antes de la visita del Papa de finales de abril, "limpiar de cristianos" el país. El atentado se produce en víspera del comienzo del Ramadán. La última gran masacre se había producido el Domingo de Ramos, cuando 45 personas perdieron la vida en un doble atentado en sendas iglesias de Tanta y Alejandría.