Este viernes el Papa Francisco realiza una visita histórica a Egipto, un país que en los últimos meses está siendo azotado por el yihadismo siendo los cristianos coptos sus principales víctimas. De hecho, el viaje de Francisco se producirá apenas unas semanas después del doble atentado que se produjo el Domingo de Ramos en dos iglesias y que dejaron 45 muertos. Pese al peligro para su seguridad, el Pontífice ha querido mantener el viaje y ha decidido no ir en un vehículo blindado.

A un día de la visita, el obispo copto católico emérito de Guizeh, Anba Antonios Aziz Mina, ha ofrecido a la agencia Fides más datos sobre este importante viaje del Papa dejando claro que su presencia va mucho más allá de estar con los católicos egipcios “sino que afecta a todo el país”.


Según explicó, “la misa se iba a celebrar en una estructura cubierta en el centro de El Cairo. Pero ha sido necesario un cambio de planes no sólo porque el estadio se puede gestionar mejor a nivel de seguridad, sino también para garantizar un mayor número de plazas disponibles para los que deseen participar”.

De este modo, informó que en esta celebración habrá miles de coptos ortodoxos y musulmanes egipcios. “Los fieles católicos podrían ser como máximo unos 5.000-6.000 y este estadio puede albergar más de 20.000 personas. Vendrán muchos coptos ortodoxos y cristianos de otras iglesias y comunidades eclesiales, e incluso musulmanes, así como las delegaciones oficiales, tanto religiosas como civiles”.


Durante estos días, el propio Papa Francisco ha querido también dirigir un mensaje al pueblo egipcio antes de su llegada en el que mostró sus intenciones. “Deseo que esta visita sea como un abrazo de consuelo y de aliento para todos los cristianos de Oriente Medio; un mensaje de amistad y de estima para todos los habitantes de Egipto y de la Región; un mensaje de fraternidad y de reconciliación para todos los hijos de Abraham, de manera particular para el mundo islámico, en el que Egipto ocupa un lugar destacado”, afirmaba.



Además, Francisco añadía que espera que esta visita “contribuya eficazmente al diálogo interreligioso con el mundo islámico y al diálogo ecuménico con la venerada y amada Iglesia Copto-Ortodoxa”.

En su mensaje a los egipcios, el Papa también destacaba que “nuestro mundo, desgarrado por la violencia ciega –que también ha golpeado el corazón de vuestra querida tierra- tiene necesidad de paz, de amor y de misericordia. Tiene necesidad de agentes de paz y de personas libres y liberadoras, de gente valiente que sepa aprender del pasado para construir el futuro sin encerrarse en prejuicios”.