La Iglesia Católica en India “está al 100% con los cristianos dalits”, dijo el arzobispo de Bombay, el cardenal Gracias, durante su intervención en el Consejo Nacional de los dalits cristianos, que reunía a 45 confesiones cristianas diferentes pero unidas en ser considerados los últimos.
El representante de los obispos indios para los asuntos de las castas, Devasagaya Raj afirmaba a AsiaNews que en la reunión que se ha celebrado en Bombay “estaban presentes miembros de todas las iglesias cristianas. Fue un encuentro ecuménico. Con su participación, el cardenal Gracias demostró una vez más su apoyo personal para promover una cultura de la misericordia hacia todos los dalits cristianos de India”.
Cabe recordar que de los 19 millones de católicos indios, 12 de ellos son dalits (parias), por lo que la Iglesia Católica está muy convencida en ayudar a la mayoría de sus fieles para lo cual ha puesto en práctica un plan de acción. Y por ello, el arzobispo de Bombay pide garantizar la “libertad de religión” y el reconocimiento de los dalits.
El cardenal Gracias, defensor de los dalits, junto al Papa Francisco
“Dios nos ha creado iguales. La separación y deriva del hombre es fruto de su egoísmo. Él llega hasta justificar la injusticia distorsionando las enseñanzas cristianas. Dios da la gracia a todas las personas, ya sean dalits o no. Envía la lluvia a los dalits y a los que no lo son. El Señor no hace discriminaciones”, afirmaba el cardenal Gracias.
El documento de los obispos denuncia que los obispos son víctimas de discriminaciones y abusos. Hace algunos años, el cardenal Gracias ya concienciaba sobre este asunto: “Como vosotros, yo soy un dalit y sufro lo que vosotros sufrís”. Luego pedía al gobierno meter en las listas de las castas protegidas también a los dalits cristianos y a los musulmanes. “Su exclusión-dijo- es una grave violación de la Constitución india”. Según el cardenal, “los programas contra la pobreza deben concentrarse en la educación y deben partir justamente de la instrucción de los dalits”.
“Es injusto -añadía- que el gobierno discrimine a los dalits, sólo sobre la base de la religión”. Por su parte, en cambio la Iglesia “debe promover las vocaciones religiosas entre los dalits, de modo que ellos puedan llevar a una transformación en la Iglesia misma y en la sociedad”.