- Hay que cambiar la mentalidad. Aquí vivimos en algo que me da mucha rabia: el consumismo. Los niños eligen sus desayunos, sus caprichos, sus dulces... y esto es porque los mayores les han enseñado, ya que eligen también su chaqueta, su pantalón... se mira el gusto, no la necesidad.
A menudo los niños se enrabietan porque no distinguen entre la necesidad y el gusto
Sin embargo allá, en República Democrática del Congo, se vive por la necesidad. Cuando hablo ante niños siempre les pongo de ejemplo un supermercado de allá con uno de aquí y la diferencia mayor no es que faltan estanterías, empleados bien vestidos... La diferencia más grande es que allí, en el supermercado del Congo, todo lo que hay para vender es necesario para vivir. Y aquí es lujo, decoración, regalos... De un jabón para lavarte tienes toda una fila de estanterías donde elegir. El gusto te hace tirar lo que no te gusta y la ambición hace que cada vez se quiera más y más.
- Manos Unidas no es que quiera concienciar a los más pequeños sino a todos, y sobre todo, a los mayores. Porque los niños dirán “no me gusta esto, no me gusta lo otro”, y tiran la comida, pero los que más tiramos a la basura somos los mayores.
A los alumnos les di, a parte del mensaje de la asociación, el testimonio de lo que hacemos los misioneros en los países donde hay hambruna para hacer la vida un poco más humana, más llena. Pero, ¡claro! los niños tienen su propia capacidad de comprensión, luego serán los profesores y profesoras quienes tengan que aprovechar lo que se ha dicho para hacerles entender la situación.
- Sorprende mucho que hoy, en el tiempo en el que estamos, viva gente comiendo una vez al día como cosa normal y que los niños tengan que hacer tantos kilómetros para llegar a una escuela o ver ese esfuerzo que hace la gente por el afán de aprender, ya que acuden desde lejos a reuniones y no se buscan excusas... Ellos también tienen ese compromiso, por ejemplo, cuando abrazan la fe porque quieren ser útiles para los demás.
Aún en situaciones de extrema pobreza, los niños del Congo viven con sencillez y alegría
En España veo muchos cristianos católicos de misa de domingo pero de compromiso, pocos. Los integrantes de Manos Unidas se comprometen a algo tan bonito como buscar medios para que nosotros allá podamos hacer alguna escuela, dispensario o construyamos un pozo para que tengan agua potable.
A la gente hay que decirle que tiene la posibilidad de colaborar con estos proyectos de la entidad en los 60 países del mundo en los que trabajan desde hace 58 años y que lo pueden hacer con su cuenta del banco sin molestias, dando una transferencia cada mes, cada año... como hacen con la luz o el gas. Porque una parte de nuestra vida es la colaboración.
Puede colaborar con Manos Unidas pinchando aquí