Comenzando la cuenta atrás para el inicio de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Panamá 2019, han llegado al país centroamericano, procedentes de Belén, un millón de Rosarios que el Santo Padre entregará a los jóvenes que se den cita en el evento que tendrá lugar del 22 al 27 de enero.
Los rosarios, elaborados en madera de olivo en la ciudad donde nació Jesús, han recorrido 12 mil kilómetros para llegar a Panamá, son parte del proyecto "AVEJMJ" inspirado en la llamada que hizo el Papa Francisco a orar por la paz en el mundo. La iniciativa ha nacido de la asociación suiza Saint-Jean-Marie Vianney de Lausanne y Cáritas Jerusalén, siendo liderada por monseñor Pierre Bürcher, Obispo Emérito de Reykjavik, Islandia.
Sobre el proyecto se ha referido el Obispo Emérito, quien fue entrevistado por el Christian Media Center, medio de comunicación de la Custodia de Tierra Santa y recogida por Gaudium Press: "Estamos muy contentos de haber podido realizar un millón de rosarios, que han llegado a Panamá, y continuaremos haciendo otros 500.000 más según los acuerdos entre la asociación Saint-Jean-Marie Vianney de Lausanne y Cáritas Jerusalén, que se ocupa de todo el trabajo. Serán suficientes para que el Santo Padre los ofrezca a los jóvenes, que a su vez podrán ofrecerlos a otros e invitarlos a rezar por la paz en el mundo, comenzando por Jerusalén".
"He aquí la Sierva del Señor. Hágase en mí según tu palabra", frase tomada del Evangelio de Lucas 1, 38, será el lema de la JMJ Panamá 2019, siendo la primera vez que la Jornada girará en torno a un tema mariano. De ahí que la promoción de la devoción del Rosario, oración mariana por excelencia, será muy importante dentro del evento mundial.
"La Virgen María es la madre de todos, por eso los jóvenes están llamados a confiar en ella, porque ella es la reina de la paz y si hacemos la voluntad del Señor todos, hombres, mujeres y jóvenes de buena voluntad, podemos poco a poco crear la paz, comenzando por nuestro corazón, comenzando por Jerusalén", dijo Mons. Bürcher
La iniciativa ha involucrado a muchas personas, sobre todo a estudiantes universitarios que han trabajado durante sus vacaciones para costearse sus matrículas y también a personas con discapacidad; un mensaje que los promotores del proyecto buscan trasmitir a los jóvenes que se den cita en la JMJ.