Fue él quien tradujo los documentos del Concilio Vaticano II, el catecismo de la Iglesia católica y algunas encíclicas papales al bengalí, que es la sexta o séptima lengua más hablada del mundo (compite en esa posición con el portugués, y supera en hablantes nativos al ruso).
En azul, las zonas donde se habla bengalí;
tiene 230 millones de hablantes
También tradujo más de 200 obras literarias religiosas, del italiano y del inglés a esta lengua asiática, sobre santos, doctrina, historia de la Iglesia, devociones...
Como misionero, explicaba la importancia de estas traducciones: “Las palabras pueden escapar pero los libros no escapan, permanecen. Por esto es importante escribir libros sobre todo aquellos que hablan de la fe cristiana”, decía a la agencia AsiaNews.
Sus funerales han tenido lugar en la diócesis de Khulna y sus restos descansarán en Bangla Desh. Nació el 31 de diciembre de 1938 en Valdagno de Vicenza (Italia), fue ordenado en 1964, estudió misionología en la Universidad Gregoriana de Roma y después, en 1970, llegó a Pakistán oriental, un país musulmán que el año siguiente se convirtió en la Bangladesh independiente.
Durante sus 47 años de misión, el saveriano tuvo un rol fundamental en la difusión del Evangelio y de la doctrina. Después de una vida pasada en dividirse entre parroquias, seminarios y estudios del bengalí, en 2002 decidió dedicarse sólo a la divulgación de la literatura católica, escribiendo opúsculos y libritos en bengalí, trabajando para el centro que sostenía estos proyectos, el National Social and Catechetical Social Training Centre de Jessore.
Además tradujo los documentos del Concilio Vaticano II, el catecismo de la Iglesia católica y algunas encíclicas papales. Desde 1986 al 1996 dirigió la revista bimestral “Mogolbarta” (La Buena Noticia).
Velatorio del padre javeriano Silvano Garello
El padre Bulbul Rebeiro, director del semanario católico “Pratibeshi” y del Christian Communication Center, recuerda: “El padre Garello deseaba desarrollar los talentos de los nuevos escritores y los alentaba a iniciar este camino. Había también pedido al cardenal Patrick D´Rozario crear una biblioteca en cada parroquia”.
Tras años de intentar expresar los misterios de Dios en la lengua bengalí, el padre Silvano ahora puede contemplarlos cara a cara, más allá de las limitaciones de los idiomas humanos.