Grandes víctimas de esta guerra son los cristianos, una floreciente minoría del 10% que se ha reducido al 2% en estos cinco años. La inmensa mayoría se ha visto obligada a huir, otros sin embargo han muerto. En una entrevista en ABC, el arzobispo greco-católico melquita de Homs, Jean Abdo Arbach, explica qué está pasando verdaderamente en Siria:
- No es una guerra civil. Tampoco es una guerra de oposición al Gobierno de Bashar al-Assad. Es una guerra internacional en la tierra de Siria. Hay casi más de 30.000 soldados rebeldes en Siria que no son sirios. Esa es la realidad. Es un conflicto alimentado de afuera para sembrar el caos en Siria y en todos los países de Oriente Próximo como ya pasó en Líbano, y como sucedió en Irak con la guerra del Golfo. El plan es dividir Oriente Próximo y vaciarlo de cristianos. Cuando empezó la guerra en Siria, hubo manifestaciones para pedir la democracia. ¿Dónde está la democracia? ¿En qué país de la región hay democracia?
- Hay un gran miedo ante el éxodo cristiano porque no es bueno ni para Siria ni para la Iglesia. Nosotros tenemos muchos templos dañados y podemos reconstruirlos, pero una Iglesia sin comunidad, ¿sirve par algo? No. Esa es la primera herida de esta guerra. La segunda es que los cristianos que ya viven en Europa pierden su identidad porque pierden sus rituales antiguos. Además las segundas y terceras generaciones ya dejan de ser sirios. Son del país que los acoge. La pérdida de las identidades cristianas de Oriente Próximo es una cosa muy grave.
- Todo el pueblo sirio sufre y está perseguido por el Daesh, pero los cristianos suelen ser las víctimas. Más que otros colectivos.
El arzobispo Arbach habla de cómo los cristianos son víctimas propicias en esta guerra
- La Iglesia no ha abandonado de ninguna manera a los cristianos de Siria y de Oriente Próximo. Esto es una cosa muy importante. La Iglesia en todos los lugares reza y ayuda a los cristianos. Cuando el Papa convocó el día de oración por Siria cambió totalmente la situación.
- Nosotros siempre hemos convivido y trabajado con los musulmanes. Antes de la guerra no teníamos ningún problema. Los líderes musulanes moderados no están a favor del Daesh. Los líderes musulmanes de nuestro país son una cosa y los líderes musulmanes que pertenecen al Daesh son otra.
- Los cristianos no tienen miedo de ir a la iglesia, tienen miedo a las bombas. Hace un mes en Homs recibimos cinco cohetes cerca de la parroquia, pero la Iglesia siguió abierta y seguimos celebrando misa. Hace unos días estalló una bomba en la Iglesia latina. Nadie sabe cuando va a ocurrir, pero eso no significa que cerremos nuestras iglesias.
- En nuestras comunidades cristianas y musulmanas celebramos oraciones para pedir la paz porque este sufrimiento toca a todo el pueblo sirio. Las bombas no distinguen entre cristianos y musulmanes.
- Esta pregunta es muy importante. Hay que trabajar con los niños en los centros de catequesis, con los educadores para formar bien a esta juventud que vive y piensa en la guerra. Para cambiar esta idea de la guerra que tienen los niños y los jóvenes hace falta mucha ayuda psicológica y educativa para poder sacarles de este drama. Esa es el trabajo más importante que ahora tiene la Iglesia entre sus manos.