Hasta ahora, el informe más completo sobre los ataques de Daesh/ISIL/Estado Islámico a los cristianos es el que realizó el Departamento de Estado de EEUU y se presentó en marzo de 2016 con ayuda de la organización ecuménica In Defense of Christians (indefenseofchristians.org) y de la asociación católica Caballeros de Colón (www.kofc.org), que desde 2014 ha dedicado 11 millones de dólares a los cristianos perseguidos en Irak y Siria.
Según este informe, que se centra en la actividad de Estado Islámico en Siria, Irak y Libia, sus grupos yihadistas asesinaron entre 2003 y el día 9 de junio de 2015 al menos a 1.131 cristianos, identificados cada uno por su nombre y lugar de muerte.
En estas fechas, al menos 125 iglesias cristianas fueron atacadas o destruidas por los grupos de esta red yihadista.
Entre los ataques se cuentan los de una iglesia en Mosul, que explotó el 9 de marzo de 2015; otra atacada por un coche bomba el 9 de junio de 2008 y una iglesia armenia, quemada el 25 de enero de 2015. Más cristianos fueron asesinados por militantes del Estado Islámico en 2015 y 2016, pero los nombres de las víctimas y los sitios donde murieron aún no han sido registrados en un único documento.
Rezo del Padrenuestro en la catedral católica caldea de Erbil, en el Kurdistán iraquí
Se calcula que en junio de 2014, cuando Estado Islámico tomó Mosul (y 30.000 policías y soldados iraquíes huyeron sin presentar batalla) cerca de 500 personas murieron a manos de los yihadistas.
“En Siria, una organización que se ocupa de las iglesias perseguidas informaron sobre los cristianos que habían sido asesinados. El patriarca Younan [de la Iglesia Católica de rito siríaco] estima que el número de cristianos que atacaron y mataron los islamistas es más de mil”, dice el informe.
Por un lado, es evidente que estas cifras van a aumentar a medida que mejora la recolección de datos y se averigua la situación sobre el terreno hasta ahora dominado por Estado Islámico.
Por otro lado, los yihadistas no pretendían necesariamente un exterminio masivo: la práctica coránica habitual ha sido mantener a los cristianos amedrentados y asustados y hacerles pagar tributos brutales, es decir, hacerles financiar la yihad. Cuando huyen (como hicieron casi todos los de Mosul y la llanura de Nínive) se les confiscan los bienes y se usan también para la yihad.
Otra forma tradicional de obtener beneficios para la yihad es mantenerlos con vida, secuestrados, para cobrar un rescate por ellos.