Monseñor Juan José Aguirre Muñoz es el obispo de Bangassou, en República Centroafricana. Fiel a su vocación misionera comboniana desempeña su labor en medio de grandes adversidades, en un país devastado por la guerra civil, y en donde gran parte del país permanece ocupada por grupos rebeldes fuertemente armados. Este pasado 5 de febrero, el prelado narró en Twitter cómo gestionó con un grupo de ellos la liberación de la localidad de Niakari, y que permitieran al “pueblo llano, el que paga los platos rotos en las guerras”, volver a la normalidad. He aquí su testimonio:
“Hoy ha sido un día especial. Un sacerdote y yo nos fuimos esta mañana a Niakari, base de los rebeldes. Hemos ido a pie, toda la mañana resbalando por los dedos de la Providencia.
Hemos ido a la boca del lobo. Les hemos pedido que se vayan, que la población tiene mucho miedo porque van armados hasta los dientes, q dejen que los niños vuelvan a la escuela y dejen q los Médicos Sin Fronteras (@MSF_Espana) vayan el lunes para atender a la población, y a ellos si alguno está enfermo.
Ellos me hablaban de política, y yo les decía que yo estaba hablando del pueblo llano, el que paga los platos rotos en las guerras, que nosotros éramos la voz de todos los sin voz que no podrán nunca presentarse frente a ese ‘general’ de un país extranjero que había aceptado de recibirnos.
Era un grupo de 40 mercenarios de varias nacionalidades, mayoría musulmanes. Nos han dicho que sí, que vuelva la gente porque sin gente no tienen mercado ni comida. No tienen comida, eso lo hemos visto.
Les hemos dicho que se desarmen, que con armas a la vista la gente no volverá... No hemos visto que tengan ganas de atacar #Bangassou. En fin, allí los dejamos. Se lo pensarán. Pero nos trataron con respeto.
Algunos tenían una camiseta del @FCBarcelona_es, del @realmadrid y del @Atleti, y yo les decía si no se peleaban entre ellos. Eso les hacía reír. Risas de jóvenes rebeldes condenados a la violencia.
Nosotros fuimos caminando al hospital saqueado, a la misión católica, que está bastante bien, por ahora, porque hay algunos católicos entre los rebeldes. Hemos ido al mercado a hablar y animar a los pocos que hemos visto.
Don Juan José Aguirre con habitantes de Niakari
Llegó una chica encinta de 9 meses, y le dije que cómo iba a parir si allí no hay ni matrona ni hospital. No me respondió. Yo estoy bien, con un poco de insolación que se ha ido con aspirina.
La gente en Bangassou sigue en la selva, huida. Pero queremos que los niños vuelvan a la escuela el lunes. Gracias por vuestras oraciones!!!
Abrazos”.
Monseñor Aguirre, con la ayuda de instituciones públicas y privadas ha construido varios hospitales entre los que se encuentra el Buen Samaritano, capaz de ofrecer asistencia a embarazadas, enfermos de SIDA e, incluso, realizar operaciones quirúrgicas. En 2002 creó la fundación para la promoción y el desarrollo de Bangassou, entidad sin ánimo de lucro cuyo único fin es canalizar las ayudas, tanto económicas como materiales, para la promoción, desarrollo y ejecución de proyectos de protección sanitaria y social para la necesitada población de Bangassou.