El balance provisional del golpe militar fallido de este viernes contra Recep Tayyip Erdogan es de 265 muertos, entre ellos 104 golpistas y 47 civiles. Tras retomar el control, el presidente turco ha ordenado la detención de 2800 militares y 2700 jueces.

El Vicario Apostólico de Anatolia en Turquía, Paolo Bizzeti, afirmó por su parte que ahora es necesario recurrir al “arma del diálogo que es la única que puede asegurar la vida civil”, según declaró a Radio Vaticana: "Por parte de la Iglesia creo que será unánime el testimonio de que es necesario bajar el tono y que se debe buscar comprender cuáles son las causas del malestar” que dio origen a la intentona.

Monseñor Bizzeti declaró que "es difícil comprender las dimensiones reales de los hechos y por eso es necesario ser muy cautos. Lamentablemente, en los últimos tiempos han tenido lugar sucesos sangrientos que revelan la tensión existente en el país". El mayor de los atentados recientes tuvo lugar el pasado 29 de junio en el aeropuerto de Estambul, causando 44 muertos y dos centenares de heridos.


Paolo Bizzeti, jesuita, lleva menos de un año como vicario apostólico de Anatolia.

"Se ha practicado una política del odio, del desencuentro, y esto evidentemente lleva a una confrontación mayor. Así que lo único inteligente es no exasperar el tono para reencontrar el mínimo de tranquilidad necesario para comprender las razones de los insurgentes”, concluyó monseñor Bizzeti.