En su día nos hicimos eco en ReL con un titular contundente: "Tras casi 8 décadas, la Iglesia aprueba en firme las apariciones de Lipa, Filipinas, de 1948". 

Ahora sabemos, como explica Cari Filii, que no era tan "firme". Se trataba de las apariciones de la Virgen a una joven novicia carmelita, Teresita Castillo, en Lipa, Filipinas, en 1948, aprobadas  oficialmente como dignas de credibilidad en septiembre de 2015 por el arzobispo Ramón Cabrera Argüelles.

El arzobispo Cabrera Argüelles en su decreto reconocía que había un decreto de 1951 que negaba el carácter sobrenatural de los hechos, pero afirmaba que ese decreto tuvo "desde el temprano inicio" "una sombra de duda", puesto que los obispos firmantes en contra de las apariciones al final de su vida acabarían declarando que sí creían en la veracidad de las apariciones. Explicaba también que las restricciones a la devoción por estas apariciones fueron retiradas en 1963 por el Administrador de la Diócesis de Lipa tras el fallecimiento del obispo anterior. El Arzobispo de Lipa, Mariano Gaviola, el 16 de julio de 1992, después de "la debida oración y estudio", levantó oficialmente toda restricción.



Pero ahora la Congregación para la Doctrina de la Fe, presidida por el cardenal Gerhard Ludwig Müller, ha declarado "nula e inválida" la aprobación del arzobispo filipino, porque el documento de 1951 que negaba el carácter sobrenatural de los hechos estaba aprobado por el mismísimo Papa Pío XII, no por simples obispos locales. Sólo otro Papa podría -a la luz de nuevos datos- reabrir la investigación.

El arzobispo Cabrera Argüelles ha hecho pública el 31 de mayo una nota copiando los párrafos finales del documento de Doctrina de la Fe (pero no el documento completo, que según explica tiene más de cuatro páginas (con 16 párrafos). La fecha del dictamen de Doctrina de la Fe es el 15 de diciembre, y lo firman el Prefecto, Gerhard Ludwig Müller, y el Secretario, el español Luis Francisco Ladaria Ferrer. 

Estas son las conclusiones e instrucciones de Doctrina de la Fe:

»... a la luz del hecho de que la declaración de 1951 fue una decisión confirmada por el Sumo Pontífice y por tanto definitiva, consecuentemente, el asunto del fenómeno de Lipa no está sujeto a la autoridad del obispo diocesano local (cf. CIC can 333). Por tanto, el decreto del Arzobispo Argüelles fechado 15 de Septiembre de 2015 es nulo e inválido.

»Aún más, esta Congregación confirma que la naturaleza definitiva del decreto de Abril 11 de 1951 por el cual los fenómenos de Lipa fueron declarados carentes de origen sobrenatural.

»La autoridad sobre la cual esta declaración fue hecha no es la de los miembros de la Comisión Especial del Obispo, sino más bien la del Supremo Pontífice.

»Aún más, la Congregación para la Doctrina de la Fe repite su instrucción de que toda y cualquier comisión que estudie la cuestión de los alegados fenómenos sobrenaturales de presuntas apariciones en el Carmelo de Lipa sea inmediatamente disuelta".

El arzobispo Cabrera Argüelles ha comentado la situación con la web de informaciones católicas www.spiritdaily.com en una entrevista.   

En esa entrevista el arzobispo –que desde que era seminarista fue devoto del caso y ha rezado en su santuario con frecuencia- se muestra escéptico respecto a que Pío XII realmente llegase a conocer el caso. 


El arzobispo de Lipa con la imagen de la advocación que él quiere defender

“No creo que en 1951 el Papa Pío XII pensara ni siquiera en lo que sucedía en un país tan pequeño como Filipinas con todo lo que pasaba por el mundo”, comenta.

(Era la época del McCarthysmo en EEUU, la guerra de Corea, nacía la Comunidad Europea del Carbón y el Acero, Libia se independizaba de Italia y la TV en color empezaba a venderse en EEUU).

Además, el arzobispo filipino señala que Pío XII no era especialmente hostil a las apariciones marianas. “Él aprobó una aparición en 1954 en Italia, y también Nuestra Señora de Todos los Pueblos”, dice, refiriéndose a las apariciones en Harlem, Holanda, a Ida Peerdeman, “así como la estatua que lloraba en Siracusa, Sicilia”, detalla.

El arzobispo también añade que los hechos de Lipa ya fueron aprobados en realidad en 1992, cuando el arzobispo Mariano Gaviola levantó el veto que 40 años antes declaró el entonces administrador apostólico Rufino Santos. “Yo sólo repetía y seguía el decreto de 1992”, asegura Cabrera Argüelles, que fue seminarista con Rufino Santos y le tiene respeto y agradecimiento.


Teresita Castillo, la novicia que dijo que vio a la Virgen, en el círculo

El arzobispo Cabrera Argüelles ya intentó en 2010 aumentar el nivel de reconocimiento eclesial de estas apariciones y ya recibió algún toque de atención de Doctrina de la Fe entonces, con Benedicto XVI como Pontífice. 

Ahora, declara: “creo que hay mucho antagonismo contra todo lo que es mariano y eso me duele. No sé si el Papa Francisco sabe acerca de lo que pasa. Pienso que va completamente contra lo que él cree”. Y expresa su intención de intentar llegar hasta él para defender su postura, convencido de que el Papa no sabe nada acerca de esta carta de Doctrina de la Fe.



Respecto a las visitas al santuario de las apariciones, asegura que no van a desincentivarse. “No haces que la gente deje de creer y amar a Nuestra Madre, no, no, no. Me pueden decir que guarde silencio, pero no me pueden obligar a decir lo que no es cierto, como un obispo de Lipa dijo una vez”. 

Pero con su nota el dictamen de Doctrina de la Fe sí lo ha difundido.