Un “Diario de la crisis” de Alepo, contado por un sacerdote jesuita que describe las dificultades de la población ante la falta de agua, la violencia y los bombardeos, y la fe imbatible de los cristianos de la ciudad. Entre devastaciones y muertes, logran de todos modos vislumbrar señales de esperanza, “milagros” que son más fuertes que la guerra y los muertos.
El relato es del padre Sami Hallak, sacerdote jesuita originario de la India, y ha llegado a AsiaNews gracias a la colaboración de su hermano, el padre Bimal Kerketta, quien recuerda que “Siria vive de una manera especial el período de Cuaresma”.
Al presentar el diario cotidiano del misionero jesuita, el padre Bimal refiere que después de “la destrucción de Homs”, en la cual murió también un padre jesuita, ahora “parece haber llegado la hora de Alepo”.
En la ciudad operan dos sacerdotes por cuenta del Jesuit Refugee Service (JRS), los padres Sami Hallak y Ghassan. Ellos ponen en riesgo su vida “al servicio de la humanidad”, en tanto las milicias del Estado Islámico “se acercan cada vez más”.
“En Alepo hoy siguen viviendo todavía más de medio millón de personas –concluye- mientras las calles están cortadas y uno, a cada instante, se arriesga a ser asesinado”
A continuación, el “Diario de la crisis” de Alepo, relatado por un sacerdote jesuita indio para AsiaNews.
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La población está muy desmoralizada. En la ciudad falta el agua, y se habla de una interrupción que se prolongará por largo tiempo. Daesh, los milicianos del Estado Islámico que controlan Ia represa que abastece de agua a la ciudad de Alepo, han interrumpido el suministro por razones que por el momento desconocemos. Para la gente desesperada, este es un motivo más para dejar la ciudad, y al partir, ir rumbo a Occidente.
Es bien sabido que cada vez más familias se van a Canadá. En nuestro centro de los jesuitas tenemos un enorme tanque de agua, con una capacidad de 22.000 litros, pero al mismo tiempo hay un gran consumo. Calculando a los miembros del Jesuit Refugee Service (JRS), el número de quienes trabajan en nuestra residencia (las oficinas se encuentran en el segundo piso) supera los 20. Las reservas pueden garantizar agua para 12 días. Al igual que los demás, estoy preocupado por la situación.
¡Siguen con esta historia de los bombardeos intensos! Esta vez cayeron frente a la iglesia de San Miguel, a las 11 de la mañana. Tenemos una ventana rota, dos o tres paneles de vidrio que han quedado hechos añicos. El estruendo ha sido tremendo.
Sigue faltando el agua. La desesperación de la gente es tal, que, en la misa dominical, he tenido que decir que el agua regresará en una semana: una afirmación de fe y esperanza. Ésta ha tenido un buen efecto sobre las personas, en tanto que otros han declarado –al igual que yo, sin prueba alguna- que el agua será cortada por un tiempo que será muy, muy largo.
Desde hace meses insto a la gente a tener una mirada positiva y a tener pensamientos que sean fuente de aliento. Esta es la única manera que nos queda para sobrevivir. Desde ayer hay voces que pregonan que el agua volverá el día domingo… Inshallah! (si Dios quiere, ndt)
Cada día, cargo 50 litros de agua hasta el complejo escolar, para ofrecer bebidas calientes (té, café u otras tisanas calientes) a los estudiantes. Nos abastecemos de agua no potable gracias a un pozo de la zona, pero cada tanto hay alguien que trata de engañarnos cuando la compramos (el agua podría incluso provenir de una zona muy contaminada).
Hace tres días que comenzó la gran batalla de Alepo. El ejército del gobierno ataca, y el estruendo de las armas puede ser escuchado durante toda la noche y se prolonga hasta las primeras horas de la mañana. No precisamos despertador, porque sólo soñamos en el lapso entre una explosión y otra.
En respuesta, los artefactos explosivos caen en los barrios que están bajo el control del régimen. Una bomba cayó en las cercanías de la iglesia franciscana (la iglesia de San Buenaventura, más conocida como Ram Church). La gran imagen de la Virgen María de esta iglesia quedó destruida. Éste es un feo signo para la gente.
La casa de mi familia está situada justo frente al lugar de culto, pero no me preocupo, siendo que tres cuartos de ella ya fueron destruidos a causa de las explosiones en el área ocurridas siete meses atrás, y sólo han quedado en pie dos habitaciones. La puerta de una de éstas fue destruida en la explosión. Dije a uno de los vecinos que se fuera porque su casa había sido demolida. Debía distribuir o vender las pocas cosas que habían quedado de la casa, porque en el futuro podría suceder de todo.
En cuanto a mí se refiere, suelo repetir a menudo esta frase: “Vanidad de vanidades, todo es vanidad”. Una experiencia mística de la guerra.
De las escuelas en Siria hemos aprendido que el petróleo es el oro negro, y el algodón el oro blanco. Hoy descubrimos que el agua es el oro incoloro. Así como el oro es tratado por el orfebre, lo mismo puede decirse del agua, que desde hace más de un mes falta en la ciudad. Las personas están obligadas a comprarla a precios altísimos; un gasto que se agrega al de la electricidad, y que obliga a muchos a permanecer toda la noche a oscuras, porque no pueden sostener ambos gastos a la vez: agua y electricidad, y por eso, optan por aquello que es más necesario.
Aparte del agua para beber, que puede ser usada sólo una vez, cada gota de agua es reutilizada dos o tres veces. Si uno se baña, pone el agua caliente en un cubo, y la que es usada para el baño, es luego recogida con cuidado al término del mismo en un recipiente. Cada gota de agua que sale del cuerpo es recogida con un enorme esfuerzo, para ser luego utilizada en la limpieza (segunda utilización). Cuando se la usa en la lavadora, la misma contiene detergentes y otros aditivos, y por eso es recogida en recipientes y utilizada en otros tipos de limpieza doméstica (por ejemplo, para limpiar el piso). Llegado este punto, el agua sucia es utilizada para los servicios sanitarios (tercer uso). De este modo, se pueden ahorrar agua y detergentes en un momento en el cual su costo es elevado, porque es necesario comprar cosas a las que, en otro momento, no se les prestaba atención.
Nuestro tanque de agua de 20.000 litros está casi vacío…durante tres días hemos buscado otras fuentes para abastecernos, pero es necesario esperar nuestro turno, la lista de espera –que como podrán imaginar- es larga. A través de los vínculos con otras asociaciones, el padre Ghassan ayer logró recuperar un tanque de agua. Se trata de 15.000 litros de agua; una cantidad enorme. Podremos lograr hacer frente a las necesidades básicas mensuales, inshallah…mientras tanto, hay voces que hablan de que en un mes regresaría el agua.
Anécdota: hoy es el día de San Valentín. El eslogan: “Te amo aunque apestes”. El regalo más popular es una latita rosa…llena de agua.
Día negro: los combates son intensos, y también las represalias. Las bombas caen por doquier, pero los cristianos no parecen ser un objetivo sensible, y por eso los explosivos no caen en sus áreas. Para ellos, hasta el momento los muertos son sólo un número. Pero cuando las bombas han caído en barrios cristianos, las cifras se han transformado en personas.
El otro día, tres personas murieron, y ayer, otras seis. Un clima de miedo se ha apoderado de los habitantes cristianos. Ellos se han quedado en la ciudad porque no tenían los medios para partir. Por primera vez, la televisión privada afín al gobierno ha trasmitido imágenes de mujeres cristianas sufrientes que se dirigen al presidente Assad, diciendo que ya han tenido suficiente, que se encuentre una solución. Normalmente, los canales afines al gobierno y las entrevistas oficiales transmiten a ciudadanos de Alepo que dicen aceptar las dificultades y las humillaciones en nombre de la resistencia, y que los grupos armados terroristas son los enemigos de la nación.
Conozco a algunas de estas personas. Se lamentan de la situación, pero con tal de aparecer en la televisión están dispuestas a decir lo que quieren los jefes de las emisoras. Tal es la fascinación ejercida por la pantalla chica.
Sigue faltando el agua. Circulan voces según las cuales volverá en dos o tres días, la información habla de agua en los pozos en el centro de la ciudad a niveles mínimos y ya se ha declarado la alarma. La necesidad es alta.
Dos millones de personas tienen necesidad extrema de agua. En cada rincón y arteria de la ciudad se ven camiones que, tanto de día como de noche, transportan agua. El precio por litro es de 1,5 a 2 liras sirias para el agua no potable. La botella de agua para beber cuesta 125 liras (y llega hasta 600 liras para quien quiera adquirir media docena de ellas).
Sin embargo, los cristianos siempre logran encontrar signos de esperanza. El domingo pasado estuve hablando con un plomero. Me preguntó si había visto el milagro de la imagen de la Virgen destruida por los bombardeos. “¿El milagro? Le pregunté, ¡la estatua está destruida!”. “Sí –me respondió- pero el rostro de la Virgen y casi toda la parte delantera de la estatua quedaron intactos. Sus manos unidas en oración han sido apenas dañadas, ¡es decir, todo! ¡Padre, es un milagro!”
Le respondí: “Tu fe es un milagro”. “La imagen está abatida, fue hecha pedazos, y tú logras vislumbrar entre los escombros el signo de que el Señor está todavía aquí, con nosotros”.
Este hombre me hizo pensar en el centurión frente a Jesús, cuando estaba muriendo: “Éste es verdaderamente el Hijo de Dios”. El plomero no es el único. Muchos han olvidado que la estatua se vino abajo, y recuerdan sólo la parte que ha quedado “milagrosamente” intacta, aunque no sea más que un tercio de la estructura original.