La violencia perpetrada por los fulani en Nigeria y otros países de África como Mali o Burkina Faso se suele presentar como parte de un conflicto tribal o étnico o en respuesta a la crisis de los estados fallidos, con causas que se remontan siglos atrás. Pero conforme los datos de las masacres que llevan a cabo salen a la luz, la conclusión para no pocos expertos es cada vez más clara: "Están librando una guerra religiosa, una yihad".
Quien lo dice es Nina Shea, directora del Centro para la Libertad Religiosa del Instituto Hudson, al ser preguntada por Catholic News Agency sobre el nuevo informe del Observatorio para la Libertad Religiosa en África.
Según el documento, entre 2019 y 2023, la violencia étnica y religiosa se habría cobrado cerca de 56.000 vidas en Nigeria, hallando una cifra "desproporcionada" de cristianos.
Del total de muertos, cerca de 31.000 -más del 50%- son civiles y de estos últimos, cerca de 16.700 eran cristianos y algo más de 6.200 musulmanes, desconociéndose la religión de más de 7.700 víctimas, con lo que la proporción de cristianos asesinados es muy probablemente mayor.
De los más de 30.000 civiles asesinados en Nigeria entre 2019 y 2023, más de 16.700 son cristianos, el 54% del total, sin contar con el porcentaje de cristianos que se encuentren entre los 7.722 asesinados de religión desconocida.
Según el informe, las pérdidas proporcionales en términos de población afectan especialmente a los cristianos en los estados donde ocurren los ataques: para los cristianos es 6,5 veces más probable que sean asesinados violentamente y 5,1 veces más de ser víctimas de secuestros.
En base a estas cifras, el analista del Observatorio de la Libertad Religiosa en África Frans Vierhout alerta de cómo "millones de personas están indefensas" en Nigeria, víctimas de una violencia que las autoridades no se preocupan en paliar.
Según el informe, el 42% de los asesinatos perpetrados sobre comunidades asentadas en un territorio fueron perpetrados por fulanis, mayoritariamente musulmanes suníes y presentados como pastores armados. En términos numéricos, las víctimas de los ataques comunitarios de los fulanis en los últimos 4 años serían al menos 9.153 cristianos, generalmente víctimas de incursiones a asentamientos agrícolas para asesinar, violar y secuestrar y quemar los hogares de sus habitantes.
"Una yihad para erradicar la presencia cristiana"
Otro 41% de ataques a comunidades habrían sido perpetrados por "otros grupos terroristas", si bien los mismos autores del informe afirman que dicha categoría incluiría probablemente variantes de grupos de bandidos fulani. Esos "otros grupos terroristas" habrían asesinado a más de 10.200 personas, de los que más de 3.800 son cristianos -el grupo mayoritario-, desconociéndose la religión de otras 3.503 víctimas.
Otra buena parte de los ataques comunitarios, el 11%, habría sido perpetrado por Boko Haram y el Estado Islámico. Según las cifras expresadas, Boko Haram habría asesinado al menos a 851 civiles cristianos y 491 musulmanes en dichos ataques, mientras que se desconoce la religión de 609 víctimas. El Estado Islámico mató al menos a 265 cristianos y 127 musulmanes, así como a otras 296 personas cuya religión se desconoce.
Para Nina Shea, directora del Centro para la Libertad Religiosa del Instituto Hudson, las cifras de asesinados y secuestrados es "asombrosa" y la documentación que lo sostiene, "irrefutable".
"Los militantes fulani están librando una guerra religiosa, una yihad, contra comunidades agrícolas cristianas indefensas en amplias franjas de Nigeria", afirmó, cuestionando como "igualmente innegable y chocante" la pasividad y tolerancia del gobierno nigeriano con los ataques. Especialmente sabiendo, según los datos del informe, que el objetivo de los militantes fulanis no es otro que "erradicar la presencia cristiana mediante el asesinato, la conversión forzosa al Islam y la expulsión de su patria".