Cuando la madrileña Soledad Torres Acosta fundó las Siervas de María en el siglo XIX ella ya pensaba en servir en África, pero probablemente no imaginó que un hospital llevaría su nombre en Camerún.. En el hospital de las Siervas "Sta. María Soledad", en Bamenda, siempre ha habido necesidades infinitas y también muchas personas, especialmente personal sanitario español, que han ayudado a través de la Asociación de Amigos de Bamenda (con Facebook aquí).
Pero recientemente, con el aumento de la violencia entre las regiones de lengua inglesa y las de lengua francesa el país se colapsa y el hospital necesita más movilidad para poder ayudar.
La hermana Carmen Rodríguez, misionera natural de la diócesis de Orense, explica la situación desde Bamenda: "Nos llegan al hospital personas a pie recorriendo distancias inimaginables, después de haber pasado varios días a la intemperie y en la selva para salvar sus vidas sin nada más que lo puesto. Tenemos la necesidad urgente de contar con una ambulancia medicalizada para acudir a estas llamadas cuando nadie más puede hacerlo".
"Confiamos que Dios moverá corazones generosos y solidarios para hacer posible que todos nuestros pacientes puedan beneficiarse de contar con este servicio y atención inmediata en casos críticos y para las mujeres de parto", añade. Publicamos íntegra su carta que envió a Orense, que ha sido difundida por OMPress.
Desde Bamenda: violencia en Camerún, el hospital necesita ambulancia
“Soy Sor Carmen Rodríguez, nacida en Santo Tomé (Cartelle). Crecí en la Parroquia de Nuestra Señora de Fátima. Por una hermosa coincidencia un 13 de mayo del año 1985, fiesta de la Virgen de Fátima, entré en el Convento de las Siervas de María, del Barrio de las Lagunas, por lo que mi madre solía decir: “Hija, la Virgen te ha llevado”, y así fue, que desde entonces mi vida está dedicada al servicio de Dios y de los enfermos.
Al terminar mis estudios de enfermería en la Universidad Pontificia de Salamanca, sentí un fuerte deseo de ofrecerme para ir a las Misiones en África, concretamente a Camerún, donde me encuentro desde hace 19 años trabajando en nuestro Hospital Sta. María Soledad de Bamenda.
Nos encontramos con una gran inestabilidad política. La violencia se ha apoderado de las calles, especialmente en esta zona. El país está dividido en dos regiones: inglesa y francesa y hoy están en plena lucha por la independencia. Situación de lucha entre hermanos que produce un profundo dolor, aún más al ver que vidas inocentes se pierden por falta de una rápida intervención o asistencia.
No hay escuela desde hace dos años y los niños y jóvenes han perdido ya dos cursos completos: colegios que han sido quemados (como escarmiento para el resto si no se someten a la huelga), comerciantes obligados a no abrir locales (debido a los múltiples días declarados de ‘huelga general’) cuando en esta ciudad son la base de la economía local…
Un niño atendido por quemaduras en el
Hospital de María Soledad de Bamenda
Actualmente nos llegan al hospital personas a pie recorriendo distancias inimaginables, después de haber pasado varios días a la intemperie y en la selva para salvar sus vidas sin nada más que lo puesto.
Tenemos la necesidad urgente de contar con una ambulancia medicalizada para acudir a estas llamadas cuando nadie más puede hacerlo.
En una carta oficial, el Gobernador ordenó la circulación libre de ambulancias como único vehículo que puede ser utilizado para atender emergencias a cualquier hora y en cualquier momento.
Confiamos que Dios moverá corazones generosos y solidarios para hacer posible que todos nuestros pacientes puedan beneficiarse de contar con este servicio y atención inmediata en casos críticos y para las mujeres de parto.
Dios derrame gracias especiales para que la paz vuelva a reinar en este país… ¡¡Entre todos podemos cambiar el mundo!! Unha forte aperta e miña oracion misioneira para todos vostedes desde Camerún”.