El Partido Comunista de China después de 36 años de obligar a la población con un férreo control a la política del hijo único, ha decidido que las parejas puedan tener dos hijos.
La información la dio este jueves la agencia oficial de noticias Xinhua, que precisó como la medida impuesta en 1980 se ha suavizado en los últimos años.
Desde el inicio de la restricción, muchas voces se levantaron contra este decreto, por violar los derechos humanos.
Los católicos en Chinan ha sufrido directamente esta legislación comunista, que produjo al menos 400 millones de abortos forzados.
El resultado del decreto del dictador Deng Xiaoping, impuesto por la fuerza, fue que la tasa de fertilidad del país llegó a 1.8 hijos por mujer, entre las más bajas del mundo, por debajo del 2,1 por ciento necesario para mantener el reemplazo generacional.
Además, las familias al poder tener solamente un hijo, preferían un varón a una mujer, y eso produjo abortos selectivos por género, niñas abandonadas en orfanatos e incluso infanticidio femenino.
Se suma a ésto que debido a la menor cantidad de mujeres, un gran número de hombres en China no encontrará nunca una esposa.
Si una familia tenía un segundo hijo debía pagar una multa de unos 1500 euros, una suma imposible.
Las parejas que habían rechazado el aborto tenían que convencer a algún miembro del partido comunista local para que hiciera la vista gorda, alimentando el mercado de la corrupción.
Estos datos los dio a conocer el escritor disidente Ma Jian, en el 2013, en un servicio publicado por The Guardian.
Otro punto doloroso eran las familias que habían perdido a su hijo único, y ya mayores no lograban sobrevivir al dolor. Para esas mujeres el Estado concedía una pensión de 49 dólares si vivían en una ciudad y 25 dólares si residían en el campo.
Ma Jian narra también que en los ríos del campo bastaba esperar algunos minutos para ver pasar el cuerpito de un pequeño sin vida, siempre niña.
En 1983 una enviada del Nouvel Obs. contó haber visto "pozos llenos de cuerpitos de niñas cerrados en bolsas con una piedra".
En los años 80 se permitió que las familias rurales pudieran tener un segundo hijo si la primera era niña y las minorías étnicas no fueron sujetadas a esta legislación.
La decisión de permitir ahora un segundo vástago a todas las parejas nace del plenario del Partido Comunista Chino, que esta semana ha deliberado con los líderes máximos del régimen.