La hermana Crescencia Sun es misionera y desde hace años desarrolla una labor impresionante en la India. Con los años ha salvado a miles de personas envenenadas por mordeduras de serpiente. Y además a otras tanta las cuida de enfermedades como la malaria y ayuda a dar a luz.
En Bihar, afirma esta religiosa, “mucha gente sufre mordeduras de serpiente, y por ello tenemos una clínica especializada en ellas. Hay todo tipo de serpientes, pero las más comunes son cobras, víboras y víboras de Russel y Krait. Los hindúes adoran las serpientes y no pueden matarlas aunque sufran continuamente sus mordeduras”.
Estas Hermanas de Nuestra Señora de las Misiones son ya especiales desde el mismo noviciado. Mientras otras muchas jóvenes estudian y rezan ellas tienen otro hábito que adquirir: aprender a cazar y matar serpientes venenosas.
En la zona en la que tienen esta clínica especializada mueren cada año unas 4.500 personas por mordeduras de serpientes venenosas. Y al llegar en 1990 a esta zona para educar a las jóvenes vieron que estaban siendo llamadas a otra misión: crear una clínica médica para mordeduras de serpiente.
Durante el caluroso verano, las hermanas tratan a 40-50 pacientes por día en su clínica de mordedura de serpiente, salvando la vida de miles de víctimas de mordedura de serpiente cada año.
La hermana Sun comentaba a Catholic News Agency que, al principio, encontró que el trabajo en la clínica de mordeduras de serpientes era emocionalmente agotador. “Los primeros tres meses que estuve allí, vi morir a muchas personas por mordeduras de serpientes. Estaba muy triste y dije: 'Quizás esta no sea la misión para mí' ”, compartió Sun. "Pero, sabes, cuando ves que la gente sigue viniendo, entonces obtienes el coraje, y oraba a Dios todos los días 'Señor, si esto es lo que quieres que haga, tú eres quien me da el coraje y el fuerza’”, añadió.
Además del tratamiento, las hermanas trabajan en educación preventiva, explicando a las personas en las aldeas cercanas el peligro y cómo protegerse de las serpientes. “Los hindúes adoran a las serpientes, por lo que no las matan, incluso cuando se convierten en víctimas de las mordeduras de serpientes. Por eso, durante el verano, trabajamos las 24 horas del día, los 7 días de la semana, "dijo ella.
Debido a la pobreza, muchos de los pacientes que ven viven en chozas hechas de bambú y hierba con un tipo de suelo de barro que puede atraer criaturas venenosas, particularmente en el verano y las estaciones lluviosas.
"Tenemos muchas historias de personas que nos dicen que cuando se levantan por la mañana, simplemente bajan el pie de la cama y allí es donde fueron mordidas por una serpiente", dijo Sun.
Para mantenerse seguras las hermanas también han entrenado perros para detectar la presencia de serpientes. “Tenía mucho miedo a las serpientes. Pero, estando en Bangalore para mi noviciado, formándome para ser religiosa, en esa área también tenemos muchas serpientes y cobras. Ahí es donde aprendí a lidiar e incluso he matado a varias serpientes, así que cuando vine aquí, fue una especie de preparación para mí”, dijo.