La disidente y bloguera católica vietnamita Maria Ta Phong Tan fue liberada de prisión días atrás, y el 20 de septiembre llegó a los Estados Unidos. La noticia fue confirmada por el Departamento de Estado Americano, que precisa que fue la mujer quien “decidió viajar a los Estados Unidos, poco después de salir de la cárcel”. Una fuente oficial de Washington agregó que el gobierno “recibe con agrado la decisión de las autoridades vietnamitas de liberar a Tan ”.
Tan cumplió tres de los 10 años de prisión a los que fue condenada por las autoridades vietnamitas a causa de lo que llaman "actividades contra el Estado", en relación a su blog Cong Ly v Su That (Justicia y Verdad).
El espacio estaba dedicado a los “abusos de los derechos humanos y a la corrupción entre funcionarios policiales y dentro del sistema judicial”.
Activistas y grupos a favor de los derechos humanos afirman que en Vietnam, con estas liberaciones de disidentes, que se trata de medidas excepcionales, “se crea un halo de progreso en los derechos humanos, cuando en realidad se está reforzando el control político”.
Maria Ta Phong Tan es miembro de la Asociación de Periodistas Independientes de Vietnam (IJAVN) y ha promovido una campaña online para defender la integridad territorial de Vietnam en el Mar Chino meridional. La activista, además, ha lanzado iniciativas en defensa de los derechos humanos y de la democracia en el país.
Fue arrestada junto al fundador de la IJAVN, el periodista Nguyen Van Hai (quien fue liberado hace aproximadamente un año y también se transfirió a los EEUU) más conocido como Dieu Cay, y junto a otros activistas y bloggers.
En el pasado, sus familiares ya habían denunciado las amenazas y el terrorismo psicológico al que la mujer era sometida por parte de sus mismas compañeras de celda.
Las otras detenidas solían pronunciar maldiciones contra la madre de María, Dang Thi Kim Lieng, quien se inmoló tres años atrás, como forma de protesta contra las acusaciones a su hija.
Desde hace tiempo que en Vietnam está en curso una durísima campaña del gobierno contra los disidentes, bloggers, líderes religiosos (entre ellos budistas), actvistas católicos o comunidades enteras, como sucedió en el año 2013 en la diócesis de Vinh, donde los medios y el gobierno promovieron una campaña difamatoria y ataques dirigidos contra el obispo y los fieles.
La represión golpea también a los individuos en forma singular, a quienes se los culpa de reivindicar el derecho a la libertad religiosa y el respeto a los derechos civiles de los ciudadanos.
De acuerdo al movimiento activista internacional Human Rights Watch (HRW) en este momento hay entre 150 y 200 bloggers y activistas recluidos en las cárceles vietnamitas, con la sola culpa de haber querido ejercitar (y defender) los derechos humanos más fundamentales.