Una de los países que ha visto crecer más la Iglesia en el siglo XXI es Corea. En 1999 contaba con 3,9 millones de católicos, mientras que las nuevas estadísticas cuentan 5,8 millones en 2018, según informa el Korea Herald, citando el nuevo informe del Instituto Pastoral Católico de Corea. Es un crecimiento de casi un 50% en veinte años. En este período, el porcentaje de católicos en el país aumentó de 8.3 a 11.1%.
En un país con muy poca natalidad, el crecimiento de la Iglesia se debe sobre todo a las conversiones de adultos. De hecho, Corea es una "superpotencia" en bautismos de adultos al catolicismo. Durante varios años, Corea bautizaba más de 100.000 adultos cada año. En 2011, por ejemplo, fueron unos 109.000 los adultos y casi 26.000 los niños que entraron en la Iglesia católica. (Para entender estas cifras recordemos que en Francia, por ejemplo, suele haber entre 2.000 y 4.000 bautizos de adultos).
Sin embargo, este ritmo se ha ido desacelerando. En 2017 los bautizos de adultos fueron "sólo" 75.000, a lo que hay que sumar entre 20.000 y 25.000 bautizos de niños al año.
Bautizo de adultos en Corea del Sur; son unos 75.000 al año, pero hace poco eran 100.000
Una Iglesia con mucho clero joven
La Iglesia Católica en Corea puede presumir de algunas cifras asombrosas: más de 10.000 religiosas, más de 5.000 sacerdotes (1 cada 1000 fieles) y dos de cada tres sacerdotes tiene menos de 45 años.
Monjas coreanas en un encuentro sobre la paz en la peligrosa frontera con Corea del Norte
Además, aproximadamente el 60% de los fieles son mujeres. Demográficamente, eso suele favorecer a la expansión de la fe: ellas son las que transmiten la fe a los hijos, las que se animan a tener más hijos... y las que convierten a sus novios. Porque, como en el resto del mundo, casarse con un católico es un "empujón final" (a veces inicial) para adoptar la fe. En 2011, de 20.000 matrimonios en la Iglesia en Corea, 12.000 incluían un cónyuge no cristiano.
El obispo de Daejeon, Lázaro You Heung-sik, explicaba en 2011 a la agencia misionera AsiaNews que "después de un año de vida casada casi siempre llega un nuevo bautizo de adultos a esas familias".
Tradicionalmente, al nuevo cristiano se le exigía mucho
Por esas fechas, el misionero y periodista Piero Gheddo hablaba en Avvenire de su visita a Seúl unos años antes: parroquias con 8 cursos de catequesis, catecumenados de 1 año que tras el bautismo ingresaban al neófito en algún movimiento inmediatamente, siendo la Legión de María uno de los más activos. "Abrazar el cristianismo en Corea significa entrar en un grupo que te compromete a fondo, te da normas de comportamiento y de compromiso, te hace pagar las cuotas de participación y te da las oraciones para rezar todos los días. Cuando se entra en la Iglesia se acepta todo esto. Éste es el espíritu coreano: o aceptas y te comprometes o no aceptas y te vas", explicó al padre Gheddo el párroco Paul Kim Bo Rok.
Ha bajado la asistencia a misa: del 29 al 18 por ciento
Pero algunos en esta época más cómoda están optando por dejarlo. El nuevo informe detecta que si en el año 2001 la Iglesia creció casi un 4%, agora está creciendo a un 1% anual. Y a pesar de que el número real de católicos ha crecido, la asistencia a la misa de los que se declaran católicos ha disminuido del 29 al 18 por ciento en el mismo período (de 1999 a 2018).
"Todas las diócesis han hecho varios esfuerzos para devolver a los cristianos tibios a la Iglesia y para modernizarla, pero un cambio significativo está aún por venir. El problema se ha repetido cada año", dice el informe. "Es hora de reflexionar sobre nuestro actual trabajo misionero - continúa - y de reconsiderar la dirección de la evangelización nacional".
Una religión para tiempos modernos
Con todo, tradicionalmente los cristianos tienen buena fama en Corea. Católicos y protestantes se negaron a quemar incienso y adorar como Dios al emperador de Japón durante la ocupación nipona en la Segunda Guerra Mundial, y se ganaron la admiración de sus compatriotas. También se mostraron defensores de las libertades durante las dictaduras militares posteriores.
El cristianismo atrae, según el secretario de la Conferencia Episcopal, Simon E. Chen, porque "introduce la idea de igualdad de todos los seres humanos, creados por un único Dios", que además es "un Dios hecho persona".
Además, en apenas 50 ó 60 años, el país ha experimentado un cambio absoluto, pasando de una cultura rural tradicional a una urbana y moderna, con mucha tecnología y un ritmo frenético. Muchos coreanos urbanos, cultos, sienten que las viejas vías del budismo, el confucionismo y el chamanismo local no encajan en su vida, mientras que el cristianismo ofrece comunidad real, compromiso, participación y sentido.
Vídeo coreano de 2019 que explica la Iglesia a catecúmenos, aspirantes y católicos "novatos"