El patriarca latino emérito de Jerusalén, Michel Sabbah, estaba este domingo 30 de agosto entre los cristianos que se manifestaban contra la construcción del muro que divide Jerusalén de los territorios palestinos ocupados.

Muchos de esos manifestantes eran católicos que acudieron a la manifestación justo después de participar en la misa en Beit Jala. 

La manifestación congregó a cientos de personas -representantes palestinos, autoridades religiosas y fieles cristianos- que marcharon hacia el lugar donde las excavadoras del ejército israelí han arrancado unos olivos para construcción un nuevo tramo del muro que divide Jerusalén de los territorios ocupados. Los trabajos para este nuevo tramo comenzaron hace dos semanas.

Hablando a la multitud de manifestantes, el patriarca emérito Michel Sabbah dijo: “Esta tierra nos pertenece. No importa lo que digan sus tribunales, esta tierra nos pertenece a nosotros y un día volverá a nosotros”.

Luego, dirigiéndose a los soldados israelíes, agregó: “Ustedes son fuertes porque tienen sus fusiles, pero no son los más fuertes en humanidad”.

Después, frente a la escalada de tensión, las fuerzas israelíes lanzaron gases lacrimógenos contra la multitud. Dos de los manifestantes lanzaron piedras contra los soldados y fueron arrestados.


En abril pasado la Corte Suprema había frenado la construcción del muro en Beit Jala, pero el 6 de julio pasado revisó el dictamen y cambió su decisión.

Israel justifica la construcción del muro -comenzado en el año 2002, en plena Segunda Intifada- como una barrera de protección contra el terrorismo.

Este se ha convertido en un un cerrojo que paraliza y destruye la economía de la ciudad de Belén, con mucha población cristiana.

[La alcaldesa católica de Belén, primera mujer alcaldesa en el pueblo donde nació Jesús, lo explicaba aquí].

Las comunicaciones entre Jerusalén y el resto del territorio palestino se han complicado, y los habitantes requieren de muchas horas para poder pasar de un lado del muro al otro, ya sea para visitar parientes, trabajar, o acudir a visitas médicas.

Junto al muro, que de hecho separa Jerusalén -futura capital del Estado Palestino según planea la autoridad palestina- del resto de Palestina, se hallan una serie de asentamientos de colonos israelíes, considerados ilegales según el derecho internacional.

Los manifestantes temen que, con la construcción de este nuevo tramo del muro, se extiendan los asentamientos ilegales judíos de Gio y Har Hilo, que se instalaron en las cercanías de Beit Jala.