“Limitar el derecho de los prisioneros cristianos a profesar su propia fe religiosa es una clara violación del art. 20 de la Constitución de Pakistán, que afirma que “cada ciudadano tiene el derecho de profesar, practicar y difundir su propia religión y cada confesión o grupo religioso tiene el derecho de establecer, mantener y gestionar sus propias instituciones”.
Así habla a la agencia AsiaNews el abogado cristiano Hashmat Barat, director de la Ong Peace for Nation International (Pni), comentando la decisión de la administración de la cárcel central de Faisalabad (provincia de Punjab, en Paquistán) de interrumpir las misas dominicales para los detenidos de fe cristiana.
Organizaciones de activistas han presentado un reclamo durante una sesión del Tribunal de Faisalabad, en la cual pidieron el respeto de culto garantizado a todos por la Carta fundamental del país.
Las condiciones de las cárceles se volvieron aún más represivas después de la reintroducción de la pena de muerte tras el atentado talibán en la escuela militar de Peshawar en diciembre de 2014.
El sobreintendente de la cárcel adujo problemas de seguridad y ligados al despacho de droga entre los prisioneros. El juez del Tribunal rechazó la motivación presentada por la administración del centro de detención. Delante de la Corte las autoridades penitenciarias han afirmado que permitirán las funciones religiosas si lo autorizan por vía oficial el inspector general de prisiones o el ministro del Interior del país.
El juez entonces dispuso que las partes se dirijan a las autoridades mencionadas y el caso está a la espera de una pronunciación.
Suneel Malik, activista y director de la Fundación Peace&Human Development (Phdf), lamenta: “Pakistán ratificó la Convención internacional sobre los derechos civiles y políticos de la Onu (adoptada en 1966 y que entró en vigor 10 años después- ndr), por lo tanto tiene la obligación de proteger la libertad religiosa de los ciudadanos desde el momento que el art. 18 de la Convención establece que “todos tienen derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión”.
Malik recuerda además que Pakistán es parte del Sistema generalizado de preferencias (Gsp) desde el año 2013, staus que garantiza exenciones fiscales en el comercio si el país garantiza y asegura el respeto de la libertad de culto sin restricciones o discriminaciones.
“La Fundación Phd envió una serie de cartas a las autoridades de Punjab pero no hemos recibido ninguna respuesta. Esta situación es penosa”, denuncia.
También el padre Khalid Rashid Asi es del mismo parecer: “La libertad religiosa es violada frecuentemente y las discriminaciones basadas en la fe impiden a los individuos gozar plenamente de sus propios derechos humanos. Cuando el gobierno niega la libertad de culto, la consecuencia más obvia es que aumentan los reclamos por parte de los grupos que sufren limitaciones. La falta de libertad religiosa contribuye también a aumentar el nivel de violencia en ámbito social, económico y habitacional”. El gobierno debe favorecer un clima de tolerancia y respeto de las minorías y asegurar a través de las leyes presentes que los derechos de los grupos minoritarios sean protegidos. El gobierno debe permitir a los detenidos cristianos poder celebrar la Santa Misa”, afirma.
Al final, el abogado Barkat renueva su compromiso. “Este ejemplo de libertad denegada a los prisioneros cristianos aumenta el sentido de miedo, privación, pesimismo, inseguridad entre las minorías, en particular a la cristiana. Yo combatiré hasta que sean respetados los derechos de los detenidos cristianos encerrados en la cárcel central de Faisalabad hasta que no se haga justicia”.