En un comunicado difundido el pasado lunes, Cáritas Myanmar (KMSS, Karuna Mission Social Solidarity-Myanmar) muestra su solidaridad con el pueblo birmano que, de manera pacífica, viene reclamando el regreso a la democracia tras el golpe de estado del 1 de febrero. Ese día, los miembros elegidos democráticamente del partido gobernante de Birmania, la Liga Nacional para la Democracia, fueron depuestos por el ejército.
Cáritas también atiende a la población de Myanmar con diferentes proyectos sociales
Acción de Cáritas Española en la región
Cáritas Española tiene una larga trayectoria de cooperación fraterna en la región, donde trabaja de la mano de las Cáritas locales de Myanmar, Tailandia y Bangladesh, especialmente en el acompañamiento a las comunidades de refugiados birmanos que a lo largo de los años se han ido asentando en la zona, huyendo de los conflictos persistentes en su país.
Merece destacarse la creación de lazos de colaboración entre las Cáritas de Tailandia y Myanmar para responder a los retos de la movilidad humana y proteger los derechos de las personas migrantes. Actualmente, Cáritas Española apoya un proyecto entre estas dos Cáritas para promover la migración segura y reducir la explotación laboral de los migrantes, por un monto total de 349.000 euros.
En Tailandia se presta apoyo a otro proyecto de fortalecimiento de las capacidades de producción de alimentos de los refugiados birmanos presentes en 9 campos en la frontera con Myanmar y en Bangladesh, permanece abierta una situación de emergencia protagonizada por la población rohingya refugiada en el país, donde Cáritas Española apoya dos proyectos.
A todo este trabajo se sumará en breve un nuevo proyecto en Myanmar para reforzar el desarrollo integral de la primera infancia y el derecho a la alimentación. A este programa se van a destinar 310.000 euros en los próximos tres años.
A continuación te ofrecemos el texto íntegro del manifiesto de Cáritas Myanmar:
Con el pueblo y para el pueblo
KMSS (Karuna Mission Social Solidarity-Myanmar) es el brazo de pastoral social de la Iglesia católica en Myanmar. Deseamos compartir con nuestro pueblo, amigos y colaboradores nuestras preocupaciones, esperanzas y oraciones en este momento tan desafiante en la historia de nuestro país.
Lanzamos este mensaje reafirmando los sentimientos expresados por el conmovedor llamamiento del Papa Francisco a la paz y el retorno a la democracia, así como la declaración pastoral de nuestro querido cardenal Charles Bo, quien una vez más ha apelado a todos los actores con el mensaje de que “la paz es posible, la paz es el único camino y la democracia es la luz de ese camino”. Estos dos buenos pastores han guiado a nuestra iglesia en tiempos difíciles. Y nosotros compartimos su determinación para lograr una solución pacífica a la crisis.
KMSS desea seguir su magisterio. Junto a ellos, expresamos nuestra “conmoción y angustia” ante el rumbo “decepcionante” de los acontecimientos en nuestro país. En este momento de oscuridad, deseamos apoyar a nuestro pueblo y compartir nuestras preocupaciones con quienes manejan el poder y con nuestros queridos socios y amigos.
Expresamos nuestra solidaridad con las personas que sienten heridas después de haber votado de forma masiva a favor de la democracia. Nos unimos a los miles de personas que, arriesgando su vida y su futuro, se manifiestan todos los días dentro del Movimiento de Desobediencia Civil, y nos sumamos a su resistencia pacífica contra quienes intentan negar el veredicto del pueblo. Mediante sus protestas no violentas y ordenadas, el pueblo de Myanmar está demostrando que los medios pacíficos son posibles. La gente, especialmente las nuevas generaciones, tiene grandes sueños, que sienten que se ven amenazados por este inquietante movimiento hacia un arreglo no democrático. KMSS respalda su lucha por la “dignidad humana”, un principio clave de la Doctrina Social de la Iglesia.
Mientras rezaba por Myanmar durante la oración del Ángelus, el Papa Francisco señaló de forma conmovedora: “En este momento delicado, deseo trasmitir mi cercanía espiritual, oración y solidaridad con el pueblo de Myanmar”. Lo asumimos como mandato nuestro: mantener nuestra “solidaridad” con las personas necesitadas, redoblando nuestro compromiso.
KMSS desea reafirmar la definición del Papa Francisco de que el poder real es servicio. Nuestro pueblo ha visto cómo el poder se ha utilizado para destruir sus sueños. Ha vivido décadas de guerra en un país dotado de recursos. El poder político consiste en empoderar a los más vulnerables, buscando siempre el mayor beneficio para el mayor número de personas, un principio social católico fundamental que el Papa Francisco recuerda constantemente.
Coincidimos con las opiniones del Papa Francisco, cuando mencionó la crisis de Myanmar en su discurso al cuerpo diplomático ante la Santa Sede; “La responsabilidad política es mostrar una voluntad sincera de servir al bien común, promoviendo la justicia social y la estabilidad nacional”. La paz es el único camino. Uniéndonos a la llamada del cardenal Charles Bo, exhortamos a los gobernantes actuales a allanar el camino de la paz y el diálogo mediante la liberación de los presos de conciencia. Instamos a escuchar al pueblo al que se promete una democracia genuina. Déjennos, como nación, elegir la paz. Déjennos volver a la democracia.
Nuestro pueblo jamás se rinde. Luchará tenazmente, sumido una vez más en otro túnel oscuro. Mientras vemos, con lágrimas en los ojos, a miles de personas protestando pacíficamente día tras día, nos llena de energía la esperanza de un mañana mejor, un mañana pacífico, un Myanmar digno. Compartimos su certeza de que, tras cada larga noche de lágrimas silenciosas, llega el amanecer. Nuestras noches pueden ser demasiado frecuentes y frustrantemente largas, pero con la compañía fraterna de todos, creemos y esperamos que esta nación verá un amanecer de paz y prosperidad.
Continuaremos siendo el Buen Samaritano, de acuerdo con la misión de KMSS, comprometidos con nuestro pueblo herido por tantos sueños anulados, pobreza provocada por la mano del hombre, guerras infligidas y desplazamientos desesperados. Nuestro pueblo se ve afectado por una pandemia mundial que priva a millones personas de sus medios de vida y por el último golpe de Estado, que destroza su frágil seguridad económica. Prevemos un aumento de la pobreza, una inseguridad alimentaria aguda y un aumento del riesgo de desplazamiento de personas. A la vista de todo esto, KMSS asegura a nuestro pueblo que nuestro acompañamiento aumentará y no se diluirá.
Con una convicción basada en la fe de “un cielo nuevo y una tierra nueva”, marchamos en este Viacrucis junto a nuestro pueblo para ver la resurrección de la democracia. KMSS seguirá siendo su compañera de viaje en la búsqueda de la dignidad dada por Dios.
Con nuestros mejores deseos y oraciones en este santo tiempo de Cuaresma, en nombre de la familia KMSS,
Raymond Sumlut Gam, obispo presidente
James Ngun Hre, director nacional
Win Tun Kyi, responsable de Incidencia
22 de febrero de 2021