El paradisíaco atolón de Bora Bora, con 29,3 kilómetros cuadrados y rodeado de una barrera de arrecife coralina, es una de las islas de Sotavento, de las islas de la Sociedad, en la Polinesia Francesa. La verdadera ortografía de su nombre era Pora Pora ('primera nacida' en tahitiano), aunque se la llama también May ti pora ('creada por los dioses').
Un lugar remoto y de ensueño que tiene el honor, además, de pertenecer a la diócesis más grande del mundo. La archidiócesis de Papeete tiene 2675 km² y extiende su jurisdicción sobre los católicos residentes en las islas Australes, las islas de la Sociedad, las islas de los Vientos, las islas de Sotavento, las islas Tuamotu y las islas Gambier, todas parte de la Polinesia Francesa. Incluyendo además las Islas Pitcairn, que pertenece al Reino Unido.
La sede de la archidiócesis, que se divide en 57 parroquias, se encuentra en la ciudad de Papeete en la isla de Tahití, en donde está la Catedral de Nuestra Señora.
Cuatro años sin poder visitarla
La comunidad católica de la parroquia de San Pedro Celestino de Bora Bora acaba de vivir tres días muy intensos y especiales. La ocasión ha sido la celebración del sacramento de la Confirmación el domingo 19 de mayo. La Eucaristía fue celebrada por el arzobispo de Papeete Jean Pierre Cottanceau, SS.CC., que se retransmitó en directo por Radio Bora Bora a través del canal Facebook.
"Once confirmaciones durante la solemne celebración de la Misa de Pentecostés: 10 jóvenes de entre 13 y 15 años y una feligresa adulta que pudo realizar su deseo, largamente acariciado, de encontrar su lugar en la familia parroquial", comentó el padre Sandro Lafranconi, párroco de la Sociedad para las Misiones Africanas (SMA), a la Agencia Fides.
"El acontecimiento ha sido especialmente significativo porque, a causa de las enormes distancias -sólo la archidiócesis de Papeete es tan grande como Europa-, el arzobispo llevaba cuatro años sin visitar a los feligreses de la iglesia católica de Bora Bora. Por otra parte, cuando se es obispo de la diócesis más grande de la Santa Madre Iglesia, ya es una bendición tenerle tres días, y además con ocasión de Pentecostés, que este año coincidía además con la fiesta de la Patrona, que el calendario recuerda el 19 de mayo."
Aquí puedes ver cómo es la parroquia de Bora Bora.
"La celebración litúrgica, animada por el canto y la participación, continuó con una importante reunión en torno a un almuerzo de platos tradicionales cocinados pacientemente en el horno tahitiano: un lecho de piedras volcánicas al rojo vivo sobre el que se colocan los platos que se van a cocinar mientras todo permanece enterrado durante varias horas antes de ser horneado y servido. Todo estaba destinado a marcar la importancia de un acontecimiento capaz de recrear una unidad y una participación dignas de Pentecostés".