Ante la persecución de cristianos en todo el mundo, la Fundación Cultural Angel Herrera Oria, que dirige Raúl Mayoral, obra de la Asociación Católica de Propagandistas (AcdP), ha lanzado un manifiesto que dice lo siguiente:
 
«La libertad religiosa es uno de los tres derechos fundamentales, junto con el derecho a la vida y a la libertad de expresión, considerados como pilares para la paz.
 
»Hoy este derecho es sistemáticamente vulnerado en importantes zonas del mundo. Según informes de ONGs, en veinticinco países existe persecución grave contra los cristianos en diversas formas: desde la discriminación abierta hasta la prisión e, incluso, la muerte. Esto convierte al cristianismo en la religión más perseguida del mundo, ya sea por la intolerancia religiosa o por el extremismo islámico, destacando especialmente como Estados más perseguidores Corea del Norte, China, Vietnam, Somalia, Siria, Iraq, Pakistán, Egipto, Nigeria, Irán, Sudán, Congo, Afganistán, Arabia Saudí o Islas Maldivas.
 
»En los últimos meses se está intensificando la persecución violenta a cristianos en Siria, Irak, Nigeria y Kenia. La imposición de la Sharia está provocando una auténtica tragedia humanitaria: éxodo de decenas de miles de cristianos que huyen del saqueo de sus hogares, de la destrucción de iglesias, del secuestro, esclavitud, cuando no asesinato de inocentes, como la decapitación de veintiún cristianos coptos en Libia y la ejecución masiva de 147 universitarios cristianos en Kenia, a quienes sus verdugos premeditadamente les preguntaron antes de disparar sus armas qué religión profesaban.   
 
»La FCAHO exhorta a la comunidad internacional a dar una respuesta apropiada para detener los abominables crímenes perpetrados por el Estado Islámico que sigue extendiendo su califato en Oriente Medio y Norte de Africa, así como para adoptar medidas de ayuda y protección a las víctimas.
 
»Cristianos y musulmanes están llamados a cooperar por el bien de la paz y el respeto por la dignidad y los derechos de toda persona, especialmente en regiones donde vivieron durante siglos en coexistencia pacífica y ahora sufren trágicamente los horrores de la guerra. 
 
»Hacemos, pues, un llamamiento al diálogo constructivo y al mutuo respeto entre las religiones, así como elevamos oraciones constantes por ello».