Era domingo al mediodía en la parroquia de San Juan, emplazada en el barrio Youhanabad de Lahore (Pakistán). Los guardias de la garita seguían absortos un partido de criquet cuando un terrorista suicida se dispuso a entrar en el templo, abarrotado por centenares de fieles.
Un joven parroquiano y antiguo alumno de la escuela profesional salesiana de este barrio de mayoría cristiana, Akash Basir, advirtió la carga de explosivos que el asaltante escondía debajo de su cazadora y le frenó cerca de la puerta; sus razonamientos fueron vanos y, segundos después de abrazarlo para hacer de escudo con su cuerpo, el kamikaze hizo estallar el artefacto.
Akash perdió la vida, pero salvó la de otras muchas personas, ha informado la agencia salesiana ANS.
Pasados unos minutos otro ataque similar se producía junto a la entrada de una iglesia protestante cercana. El balance provisional de los dos atentados del pasado 15 de marzo, reivindicados por el grupo insurgente Jamaat-ul-Ahrar (JuA), es de 17 muertos y más de 60 heridos.
El clima de tensión e inseguridad no cesa en la ciudad. Después de los funerales, algunas manifestaciones han degenerado en violencia por parte de grupos de jóvenes indignados.
En las calles "se viven escenas de violencia salvaje y vandalismo, que a duras penas han podido ser controladas por las fuerzas militares especiales", ha indicado la citada agencia. "Estas manifestaciones violentas están haciendo ahora más precaria la seguridad de los cristianos", ha añadido.
El pasado 17 de marzo, "un grupo compacto de musulmanes, animados por los altavoces de mezquitas vecinas, han entrado en el barrio cristiano, han tomado la vía principal y apenas han podido detenerlas las fuerzas del orden antes de que entrasen en contacto con el grupo cristiano, alineados en la parte opuesta", ha relatado.
"La escuela salesiana permanecerá cerrada hasta que no se garantice totalmente su seguridad; algunos jóvenes ni siquiera pueden volver actualmente a sus casas, a causa de los continuos desórdenes y de la violencia callejera", ha enfatizado.
"Al ser minoría cristiana, hay momentos en que nuestra única esperanza está en la ayuda de Dios y de su Madre María", han asegurado los Salesianos en Lahore.