En 2013, visitando Brasil en la Jornada Mundial de la Juventud, el Papa acudió al hospital en Rio de Janeiro de la Hermandad de San Francisco de Asís en Providencia de Dios y preguntó a los frailes si tenían presencia en el Amazonas.
Los Franciscanos de la Providencia decidieron tenerla: así, este 17 de agosto de 2019 en Belém presentaron e inauguraron su "barco-hospital" que se llama "Papa Francisco" y recorrerá el Río Amazonas llevando servicios médicos a lugares, a menudo, de difícil acceso.
La nave mide 32 metros de largo y tendrá 10 tripulantes fijos y 20 voluntarios que partirán en expediciones de diez días. Las expediciones partirán desde su base en la ciudad de Óbidos.
El barco cuenta con consultorios médicos, dentales, quirófano, sala oftalmológica, laboratorio de análisis, equipos de rayos X, ultrasonido, ecografía, entre otros servicios.
Además de proporcionar atención médica básica a la población, los equipos también servirán para prevenir y diagnosticar temprano el cáncer. También contará con convenios con universidades que enviarán personal médico y residentes.
El Papa Francisco ya expresó su “gran satisfacción” y alegría por este barco.
"Además de ser un hermoso gesto concreto en vista del Sínodo de los Obispos para la Amazonía", que tendrá lugar en octubre en el Vaticano, "este hospital fluvial es sobre todo una respuesta al mandato del Señor, que continúa enviando a sus discípulos a proclamar el Reino de Dios y sanar a los enfermos ", dijo el Pontífice en un mensaje enviado para la inauguración oficial del barco, que tuvo lugar en Belém el 17 de agosto.
Por lo tanto, enfatizó el Papa Francisco, este barco hospital "llevará la Palabra de Dios y ofrecerá acceso a una mejor salud para las poblaciones más desfavorecidas, especialmente los pueblos indígenas y ribereños que viven a lo largo de mil kilómetros del río Amazonas".
El Santo Padre recordó que, como ha dicho en otras ocasiones, si la Iglesia "está llamada a ser un ‘hospital de campaña’", ahora también se presenta “como un ‘hospital sobre las aguas’”.
“Como Jesús, al aparecer caminando sobre las aguas calmó la tormenta y fortaleció la fe de los discípulos, este bote llevará tanto el consuelo espiritual como la calma a la agitación de hombres y mujeres necesitados, abandonados a su propia suerte”, agregó.
El pontífice agradeció al obispo de Obidos, Bernardo Bahlmann, y a los franciscanos de la Providencia de Dios "por este signo de fe y solidaridad cristiana".