La aviación militar egipcia bombardeó en la mañana del lunes algunas posiciones de los yihadistas de Estados Islámico (EI) en Libia, probablemente campos de adiestramiento y arsenales cerca de la frontera egipcia. 

Así lo anunció la televisión estatal Egipcia, el día después de difundirse un vídeo con la decapitación de 21 cristianos coptos, ciudadanos egipcios que trabajaban en Libia, la mayoría de orígenes muy humildes. 

También las fuerzas aéreas libias (de la facción dirigida por el comandante Saqer Al-Joroushi) han bombardeado posiciones en la ciudad oriental libia de Derna. Al-Joroushy asegura que ha sido en coordinación con Egipto y que habrá más ataques. Ha especificado en la TV Al-Arabiya que han matado a "no menos de 40 a 50" yihadistas. 

El presidente egipcio, el militar Abdelfatah Al Sisi, había avisado en un discurso televisivo que "Egipto se reserva el derecho a vengarse". [El discurso fue en árabe; la palabra en inglés que usan las agencias es "retaliation", que es venganza pero más cercana a "represalia como respuesta"; las agencias no usan "revenge", que es venganza pura y dura.]

Al Sisi añadió que Egipto eligiría "los métodos y los plazos que vea adecuados para la retribución de esos asesinos y criminales no tienen la menor humanidad". 


Al Sisi era el ex jefe del ejército egipcio y lideró el golpe de Estado contra el gobierno de los Hermanos Musulmanes. Gobierna el pobladísimo país del Nilo (90 millones de habitantes) con puño de hierro: hay cálculos que aseguran que su represión contra opositores (sobre todo islamistas) ha causado 3.000 muertos y mantiene a 40.000 personas encarceladas.

Además, grupos terroristas en la península del Sinaí combaten contra las fuerzas egipcias y se han aliado recientemente con Estado Islámico mediante juramentos de lealtad. 

Egipto quiere avisar al mundo que el desgobierno en Libia, a las puertas de Europa, es una "amenaza para la seguridad internacional". Trípoli, Bengasi o Sirte están controladas por milicias islamistas que no reconocen al primer ministro, Abdalá al Zani, respaldado por la comunidad internacional y refugiado en la ciudad oriental de Tobruk. Por eso, Egipto ha enviado al ministro de Exteriores Sameh Shukri a Nueva York para abordar el asunto.

Además, Al-Sisi ha visitado en la mañana del lunes al Papa Tawadros (Teodoro) II, líder de los más aproximadamente 10 millones de cristianos coptos egipcios. En la catedral copta el presidente ha expresado sus condolencias por los asesinatos.

El domingo la Iglesia Copta publicó un comunicado expresando su dolor por el asesinato de los trabajadores coptos en Libia, la mayoría de aldeas muy pobres del alto Egipto. "Confiamos en el papel de todas las instituciones de nuestro Estado [egipcio] desde el inicio de la crisis en Libia y creemos que podrá asegurar los derechos de los ciudadanos egipcios", se lee en la nota, un apoyo al gobierno de Al Sisi. 

El Papa copto, Teodoro II ofreció su oración pro los difuntos y las familias y pidió a todos los egipcios orar por la paz en el país. 


Los asesinos en el vídeo justificaban la matanza presentando a la Iglesia copta como "hostil" remitiéndose a un caso explicado tras las decapitación: "La sangre maloliente es sólo (un inicio) de lo que les espera, como venganza por Camelia y sus hermanas".

Se refiere a hechos del 2004. Wafa Constantine y Camelia Shehata eran cristianas coptas, esposas de dos sacerdotes coptos, que tenían problemas conyugales.

Según los yihadistas, ellas decidieron convertirse al Islam, pero -dicen los yihadistas- la Iglesia Copta las secuestró.

Sin embargo, no es cierto que estas mujeres se hubieran hecho musulmanas, como reconoció incluso el anterior muftí principal de la prestigiosa universidad de Al-Azhar. Las mujeres estaban vigiladas en iglesias precisamente por miedo a que facciones islamistas las secuestraran. 

Esta historia es usada una y otra vez desde 2004 en Egipto como excusa de los fundamentalistas islámicos para atacar a los coptos, que son un 10% o más de la población de Egipto. 

En el video difundido, uno de los verdugos con el rostro descubierto y con un cuchillo en las manos grita a la cámaras en inglés: "Hoy estamos en el sur de Roma, en la tierra del islam en Libia...el mar en el cual habéis escondido el cuerpo del jeque Osama bin Laden, lo juramos sobre Allah, se mezclará con vuestra sangre".

El domingo, a causa del aumento de la tensión, Italia cerró su embajada en Trípoli, pidiendo a sus connacionales que abandonen el país.