En Maourua ha trabajado en el barrio de Doualaré, un barrio periférico, con población inmigrante. "Aunque vivan en la ciudad, conservan su mentalidad campesina. Son de diferentes tribus, doce, y esto supone a la vez una gran riqueza y una enorme dificultad, porque hay que aprender a convivir con gente de etnias distintas. La lengua que nos une es la de una de las tribus musulmanas, el idioma fulbé", explicaba en una entrevista en la revista de los espiritanos.
"La parroquia está al servicio de toda la gente, no solo al servicio de los cristianos. Como estructura tenemos una escuela primaria con 600 niños, de los que 400 son musulmanes, un centro de promoción de la mujer donde acuden musulmanas y cristianas, y una biblioteca para los jóvenes. La promoción de la mujer se hace de manera integral, incluyendo alfabetización y capacitación para tener algún medio de ganarse la vida", añade el misionero.
"Un problema que se nos echa encima es el diálogo con el Islam, cada vez con más tendencia a la islamización y a cerrar puertas al diálogo. Esto nos va llevando a una situación cada vez más difícil entre cristianos y musulmanes. Los obispos han creado una Comisión para el Diálogo Interreligioso, en la que yo represento al Norte, junto con el Obispo de Maroua", explica el misionero navarro.
"Camerún es ahora un país laico y todas las leyes son laicas. Todas las religiones tienen los mismos derechos. Yo mantengo la esperanza, pero creo que nos va a tocar trabajar mucho estos años, para evitar llegar a un conflicto sangriento entre cristianos y musulmanes", declaraba.
“Lo que más ha afectado nuestras vidas en 2014, y la vida de nuestra región, es la amenaza continua del grupo terrorista-islamista Boko Haram", admite en una carta publicada en OMPress.
"Ataques cada vez más violentos y con más combatientes a cada ataque. Incendios de aldeas, decapitaciones, saqueos de ganado, cereales… secuestros de jóvenes muchachos y muchachas que engrosaran las filas de sus combatientes y sus esposas forzadas. Miles de refugiados (el campo de refugiados de Zamay a 60 km. de Maroua, tiene ya más de 25.000 refugiados) y miles de desplazados, cameruneses obligados a huir de sus aldeas diezmadas y saqueadas. Todas las parroquias de la ciudad de Maroua intentamos acogerlos como mejor podemos. Boko Haram forma parte de una estrategia yihadista de conquista del mundo (y de la que no estáis a salvo vosotros en España, ¡ved si no lo ocurrido en París...!)".
"Pero Boko Haram es un monstruo útil para muchos y por diversas razones que no puedo precisar en una página (útil para el actual presidente de Nigeria, para Arabia Saudita y Qatar a causa de la independencia de Nigeria con su petróleo, Estados Unidos e Inglaterra, que ven con buenos ojos que Nigeria se debilite, y Francia, que observa como el Camerún se desestabiliza y espera el momento de retomar su influencia en la economía camerunesa…)".
"La verdad es que ya hace casi un año que vivimos en la inseguridad y la incertidumbre, no sabemos hacia dónde vamos. ¿Vamos hacia una victoria de las fuerzas armadas camerunesas o bien Boko Haram va hacerse con nuestra región e integrarla en su ‘califato islámico’? La verdad, no lo sabemos".
"Lo que sí sabemos y vemos claro a nivel de nuestra Iglesia local de Maroua, es nuestra manera de combatir esa deriva islamista que no es otra que el encuentro y el diálogo entre cristianos y musulmanes en nuestra región".
"Este año ha sido fecundo en encuentros islamo-cristianos en Maroua:
-un coloquio en abril reunió 50 imanes de la región, 25 sacerdotes y 25 pastores protestantes durante dos días.
- El 7 de agosto tuvimos un fórum de jóvenes musulmanes y cristianos (unos 500).
- El 28 y 29 de diciembre rehicimos un taller con un grupo más reducido de jóvenes (unos 70).
-El 3 de enero rezamos juntos cristianos y musulmanes por la Paz.
- A finales de enero y principios de febrero instalaremos la antena de la ACADIR (Asociación Camerunesa para el Diálogo Interreligioso) del extremo-norte en Maroua en nuestra casa del encuentro islamo-cristiano".
"Todos estos encuentros nos están ayudando a profundizar una amistad que viene de lejos, a condenar juntos la barbarie de este grupo, y a progresar en un diálogo que no esconde los problemas y escollos, un diálogo en el que todos sentimos la necesidad de la verdad del otro".
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Captura de un vídeo de propaganda del grupo yihadista con base en Nigeria Boko Haram
La agencia Reuters ha difundido que fuentes del Gobierno y del Ejército camerunés acusan a Boko Haram de asaltar este domingo 18 de enero varias aldeas de su territorio y de secuestrar a cerca de 80 personas, entre ellas decenas de niños.
Durante el ataque a las localidades de Mabass y Makxy, situadas en el municipio de Tsanaga Mayo, en el norte del país, han muerto tres personas y han sido destruidas decenas de casas, según ha confirmado el portavoz del Gobierno, Issa Tchiroma.
"Según nuestras primeras informaciones, alrededor de 30 adultos, la mayoría de ellos pastores, y 50 jóvenes de entre 10 y 15 años de edad han sido secuestrados", ha señalado, por su parte, una fuente militar.
Se trata del mayor rapto registrado en suelo camerunés desde que el grupo radical Boko Haram comenzó a realizar incursiones desde la vecina Nigeria el año pasado.
El grupo terrorista liderado por Abubaker Shekau pretende instaurar una especie de califato en el que rija la sharía (ley islámica) y ha convertido el secuestro en otra de sus armas. Aún retiene desde abril a 200 niñas, las que suscitaron la campaña mundial de concienciación Bring Back Our Girls, sin que la campaña diese ningún fruto concreto conocido.
Además, a principios de enero, Boko Haram arrasó las poblaciones nigerianas de Baga y Doro Gowon, matanzas que quedaron eclipsadas no sólo en medios occidentales sino también en la prensa africana por el asesinato de los trabajadores del semanario "Charlie Hebdo" en París. Según Amnistía Internacional, en estos ataques murieron 2.000 personas. El Gobierno nigeriano dice que las víctimas mortales en realidad son 150.
En un vídeo lanzado este mes de enero, Boko Haram amenazó con nuevos ataques en Camerún. Ante el aumento de la violencia en la zona fronteriza, el Gobierno camerunés ha desplegado nuevas tropas. Además, contingentes militares de la vecina Chad se han desplazado al norte de Camerún para apoyar la lucha contra Boko Haram.