Un severo llamado a la comunidad internacional para que ponga fin al comercio de armas que alimenta la guerra y un llamamiento a la conciencia de los cristianos, a fin de que traten de resistir a la idea, aunque comprensible, de escapar de su tierra.
Estos son los mensajes que los obispos católicos de Siria han querido lanzar al mundo y a los fieles, en un comunicado emitido al final de su Asamblea de otoño.
En la reunión que se celebró en Damasco, el martes 28 y el miércoles 29 de octubre contó con la presencia del Patriarca de Antioquía de los greco-melquitas, Grégoire III, y de 11 obispos católicos de 6 ritos diferentes, junto con el Nuncio apostólico Mario Zenari y Mons. Giovanni Pietro Dal Toso, Secretario del Consejo Pontificio Cor Unum.
“La presencia de Mons. Dal Toso, que ha venido desde Roma para reunirse con nosotros, nos ha hecho mucho bien” refiere a la Agencia Fides el obispo Georges Abou Khazen OFM, Vicario apostólico de Aleppo para los católicos de rito latino.
“En el encuentro – añade el obispo Abou Khazen – cada uno de los participantes ha presentado el cuadro de la situación y de los problemas de la propia diócesis. Para todos lo más importante que hay que hacer es estar cerca de nuestros fieles, alentarlos, consolarlos".
"Caminamos en una oscuridad donde no se ve una salida, y sólo Cristo puede dar esperanza a los corazones. Los poderes del mundo deben saber que no ayudan a la paz si continúan enviando armas aquí".
"Por otro lado, invitamos a todos a no huir, a no abandonar su tierra. Pero esto es un llamamiento a las conciencias. Como pastores vemos bien lo que nuestras pobre gente está sufriendo. Y no se puede obligar a nadie a permanecer en esta situación en la que no hay trabajo, aumento la miseria día a día e incluso la propia vida y la de los seres queridos está siempre en peligro”