No podemos “reinventar la fe católica” ni “enseñar un catolicismo diferente en los distintos países”, ha dicho en una entrevista esta semana el arzobispo Anthony Fisher, dominico que pastorea Sídney, en Australia. Es uno de los asistentes al Sínodo de la Sinodalidad estos días en Roma.
El arzobispo hizo declaraciones a “EWTN News Nightly” el 15 de octubre. Aunque el programa televisivo se difunde en inglés el viernes 18, una versión resumida se puede leer en EwtnVatican.com .
¿Distinta moral "católica" según el país?
El arzobispo australiano plantea algunas preguntas ligadas a dar más autonomía a las iglesias de distintos países. ¿Deberían las conferencias episcopales “tener autoridad para enseñar un catolicismo diferente en distintos países o para decidir una liturgia diferente en distintos países o una misa diferente para distintos países? ¿Aportan su propia cultura local a las cuestiones en el ámbito de la moral, por ejemplo?”, fue enumerando Fisher.
“¿Podríamos, por ejemplo, imaginar una Iglesia en la que se ordenen mujeres en algunos países pero no en otros, o en la que se permitan matrimonios entre personas del mismo sexo en algunos países pero no en otros, o en la que haya una cristología arriana en algunos países y una cristología nicena en otros?”, continuó. "Yo creo que no", añadió.
Sídney es una de las mayores diócesis de Australia: cubre un territorio con 5,3 millones de habitantes, de los que casi 600.000 serían católicos. En el Sínodo de la Sinodalidad, Fisher forma parte del consejo ordinario de obispos (hay 15 en ese órgano), y ya participó el año pasado en la primera parte.
Fisher pide a los católicos que "se aferren al depósito de la fe, la tradición apostólica, que no imaginemos, en la vanidad de nuestra época, que vamos a reinventar la fe católica o la Iglesia católica". La tradición, dijo, "es un enorme tesoro que hemos recibido de generación en generación, desde Nuestro Señor Jesucristo y sus apóstoles. Y estamos aquí para transmitirlo fielmente a las próximas generaciones", afirmó.
Como conjugar unidad y diversidad cultural
El arzobispo matizó que ese depósito de la fe tiene una comprensión que se desarrolla con el tiempo y también en los lugares. "Hemos logrado tener una gran variedad de culturas y diferentes formas de orar y diferentes formas de evangelizar, y aún así nos mantenemos unidos como uno en Cristo".
Así, en Australia, que está geográficamente en las antípodas de Roma, los católicos celebran la misma fe: "es la única Iglesia, es la única fe y queremos seguir celebrándola incluso en medio de nuestra diversidad cultural".
Por eso, uno de los temas claves del Sínodo es establecer "los límites de lo local y lo cultural" en la Iglesia Católica universal.
Un documento con frases problemáticas
Del 15 al 18 de octubre, los delegados del Sínodo están trabajando la parte final del Instrumentum Laboris, y la próxima semana, hasta finalizar el 27 de octubre, se dedicarán a la redacción y revisión del documento final del encuentro.
En el Instrumentum Laboris, en su párrafo 97, había una propuesta de reconocer "las conferencias episcopales como sujetos eclesiales dotados de autoridad doctrinal, asumiendo la diversidad sociocultural", con "expresiones litúrgicas, disciplinares, teológicas y espirituales adecuadas a los diferentes contextos socioculturales".
Es por párrafos como ese que Fisher habla del riesgo de "una Iglesia en la que se ordenen mujeres en algunos países pero no en otros, o en la que se permitan matrimonios entre personas del mismo sexo en algunos países pero no en otros".
El arzobispo Fisher de Sídney con indígenas del Estrecho de Torres en 2023.
La misma moral y fe, con espacio para los distintos ritos y culturas
Lo que Fisher defiende es “tener la misma fe, la misma moral, el mismo orden eclesial y esencialmente la misma liturgia”. Eso aún dejaría "espacio para las diferentes tradiciones rituales en la Iglesia y para diferentes adaptaciones culturales y para diferentes formas de evangelizar".
En Sídney, donde hay católicos inmigrados o hijos de inmigrantes de todo el mundo, hay parroquias y comunidades de distintos ritos: católicos maronitas (libaneses), melquitas (grecocatólicos en árabe), caldeos (iraquíes y siríacos), ucranianos (grecocatólicos) y siro-malabares (rito siríaco de la India).
"Traen espiritualidades diferentes, una Misa diferente y formas de oración diferentes, pero también a menudo una comprensión diferente de la sinodalidad, de los roles de los obispos, de la forma de elegir a los obispos, tienen un derecho canónico diferente y un orden eclesial diferente sin dejar de ser parte de la única Iglesia Católica", detalló el arzobispo australiano.
"Puedes ir a una misa maronita y es muy diferente, y sin embargo también sabes que es lo mismo: es el Señor que viene a nosotros bajo los elementos del pan y el vino, pero está realmente presente, su humanidad y divinidad, para nosotros", explicó.
Ese es el tipo de diversidad que la Iglesia Católica ya vive, sin rebajar la doctrina ni la moral.