La revista del Califato Islámico, del nombre Dabiq, pone en su portada un fotomontaje del exterior de la basílica de San Pedro, con una bandera negra del movimiento islamista y el títular ´La cruzada fracasada´.

El artículo que acompaña el fotomontaje ataca a Roma y los romanos, acusándolos de ´cruzados occidentales´. El presidente Barack Obama, es definido como el jefe del mal.

Mientras el Papa y el Islam moderado se esfuerzan en gestos de encuentro, como la visita de Francisco a Albania, de mayoría musulmana, o el abrazo del Santo Padre en la explanada del Templo, en Israel, con un musulman y un judío, los yihadistas buscan reclutar tropas alentando la violencia y la guerra contra los cristianos.

La revista on-line no esconde su fanatismo: incluye fotos y artículos elogiando la violencia, incluso en los casos de los rehenes decapitados.

En otro artículo hablan contra los yazidíes, uno de los pueblos más antiguos de la región, reducidos a esclavitud, así como de las mujeres y niños secuestrados y vendidos.

El Califato lanzó también amenazas contra los dirigentes de Twitter, después que la red de mensajes cortos bloqueara los mensajes de milicianos y simpatizantes yihadistas que transmitían publicidad de las ejecuciones de rehenes, según indicó el gerente de la empresa Dick Costolo.


Louis Sako, patriarca de babilonia de los caldeos, en declaraciones hechas en Roma y transmitidas hoy por Rai News 24, indicó que “la masa musulmana no está con el Califato islámico, es que tienen miedo de reaccionar. También ellos, miles de musulmanes fueron asesinados. Hay 1,5 millones de musulmanes que han sido desplazados y en un contexto muy politizado”.

Y denunció que “hay una política que no quiere en Oriente Medio países económicamente, ni militarmente fuertes. Hay un plan sobre todo esto", dijo.

Indicó que considera necesaria una intervención militar terretre para librar a las aldeas de estos cristianos y otras minorías, para que puedan volver a sus casas.