Durante la noche entre el 5 y el 6 de octubre tropas yihadistas han secuestrado al sacerdote franciscano Hanna Jallouf y a algunos de sus parroquianos del pueblo de Knayek, en el norte de Siria, cerca de la frontera turca. Los franciscanos de la Custodia de Tierra Santa llevan presentes 125 años en el pueblo.

En un comunicado oficial, la Custodia de Tierra Santa confirmó el secuestro, que atribuye al frente Al-Nusra, ligado a Al Qaeda. 

No se conoce el número exacto de las personas raptadas, si bien fuentes locales hablan de al menos una veintena de cristianos llevados por la fuerza, entre los cuales podrían haber también mujeres.

La Custodia de Tierra Santa explica que "las monjas presentes en el convento" en el momento del ataque de los milicianos "han encontrado refugio en algunas casas del pueblo".

Mientras tanto, los franciscanos renuevan la invitación "a rezar" por el párroco Hanna, por sus fieles y por "todas las otras víctimas de esta guerra trágica y sin sentido".

Desde el inicio del conflicto sirio, las milicias yihadistas han secuestrado diversas personalidades de primer plano de la comunidad cristiana local; entre éstos recordamos a los dos obispos, el metropolita Boulos Yazigi (de la Iglesia Ortodoxa de Antioquía) y el metropolita Youhanna Ibrahim (de la Iglesia Siro-ortodoxa) secuestrados en abril de 2013.

A éstos se agrega el jesuita italiano Paolo Dall´Oglio, raptado en Siria el 29 de julio de 2013.

En declaraciones a AsiaNews el patriarca católico melquita Gregorio III Laham habla de ataque "contra los cristianos" en Siria, la "cuna del cristianismo" que ya "en el año 33 después de Cristo puede gloriarse de tener la primeras huellas de la milenaria presencia".

El patriarca de los melquitas (católicos de lengua árabe y rito griego) exhorta a "ser fuertes y no tener miedo". Pide nutrir sentimientos de "esperanza" que ayuden a "superar esta difícil situación".

Knayek permaneció mucho tiempo bajo el control de los milicianos del Estado islámico, que habían impuesto muchas restricciones a los cristianos: ordenaron quitar las cruces que estaban sobre las iglesias, prohibieron tocar las campanas, ordenaron cubrir las estatuas y obligaron a las mujeres a vestir el velo islámico.

En un segundo momento los yihadistas se desplazaron hacia el este, dejando terreno a las brigadas de Al-Nusra, ligados a al-Qaeda. Recientemente los yihadistas que controlan los pueblos habían confiscado el pasaporte al padre Jallouf.