Un voluntario del seminario de Loikaw (Kayah, Birmania) ha sido asesinado, y una nueva iglesia dañada en la misma ciudad por los soldados de las fuerzas de seguridad.
Según informa Agencia Fides, los misiles disparados por el ejército de Birmania alcanzaron el 27 de mayo la iglesia católica de San José, que ha resultado dañada. Es un episodio más del conflicto que vive la ciudad de Kayah, y que enfrenta al ejército birmano y a las Fuerzas de Defensa del Pueblo Karenni, formadas por la propia población civil.
La segunda iglesia católica afectada
En el bombardeo no se han producido víctimas ni heridos, y es ya la segunda iglesia católica afectada, después de que la iglesia del Sagrado Corazón, en la aldea de Kayanthayar, fuese atacada el 23 de mayo.
Según ha confirmado a Fides el sacerdote Philip Aung Nge, de la diócesis de Loikaw, las granadas de mortero alcanzaron la iglesia de San José, que, junto con las otras iglesias católicas de la ciudad, se habían convertido en refugios para la población civil, de la que un tercio es cristiana.
Si bien el sacerdote apunta que “las iglesias no son un objetivo previsto”, afirma que “la artillería de los militares está disparando sobre objetivos civiles como monasterios, iglesias, escuelas o casas”.
Por este motivo, el sacerdote trasladó a los refugiados en su parroquia, en previsión de posibles ataques, a una capilla más pequeña y aislada, y no se han producido víctimas.
Asesinado en el seminario, sin oponer resistencia
Días después, el 29 de mayo, las fuerzas de seguridad asesinaron a un voluntario que trabajaba en el seminario católico de Kayah durante un allanamiento al edificio en el que se alojaban refugiados y desplazados.
El hecho, informa Asia News, ocurrió durante una redada militar y sin que la víctima opusiese ninguna resistencia. Los sacerdotes presentes intentaron impedirlo, pero fue inútil.
Desde principios de abril, las tropas entran y registran las iglesias birmanas argumentando la realización de supuestas actividades ilegales.
Una nueva víctima católica que se añade a los dos jóvenes asesinados recientemente, Alfred Ludu y Patrick Boe Reh, miembros de la parroquia de San José. El viernes 28 de mayo habían ido a recoger alimentos para los desplazados debido al conflicto. Como no había suficiente para todos, salieron una segunda vez. Los soldados los esperaron y los mataron en el barrio de Ngu Palot.
Del mismo modo que con el ataque a la iglesia de San José, otros centros de culto que sirven como refugio para cristianos están sufriendo represalias militares. Los últimos ataques de las Fuerzas Karennies han dejado 40 militares heridos, por lo que el ejército ha comenzado a bombardear y atacar los focos que puedan refugiar a sus atacantes, aterrorizando la población con disparos y allanamientos.
Fuentes de Agencia Fides señalan que “la guerra civil está cada vez más cerca”, ya que “el pueblo no ve otro camino posible mientras el ejército hostiga a los civiles, mujeres y niños: son actos criminales a los que se oponen por legítima defensa”.