Corea del Norte rechazó la invitación de la arquidiócesis de Seúl y no mandará a "ningún católico" a la misa que celebrará el Papa en la catedral de Myeondong el próximo 15 de agosto.
Lo escribe la Asociación de católicos nord-coreanos, organismo marioneta creado por Kim-il-sung, en una carta en la cual acusa al Sur de "no haber cancelado las ejercitaciones conjuntas con los EEUU, gesto que hace imposible la visita".
Según un funcionario de la Conferencia episcopal sud-coreana "esta carta significa que el Norte encuentra difícil aceptar la invitación y no sabe manejar la situación".
La invitación fue dirigida al gobierno de Pyonyang por parte de lla arquidiócesis de De Seúl el pasado 26 de mayo, y repetida en los días sucesivos.
La esperanza era la de hacer participar también a una delegación del Norte a la gran misa por la reconciliación y la paz que Francisco celebrará durante el último día de su visita apostólica a la península.
Según la carta de la Asociación "en estas circunstancias ir a Seúl sería un paso agonizante".
La Constitución nord-coreana garantiza la libertad religiosa, pero esa de hecho es inexistente en el país.
El único culto admitido es el que se hace a los líderes nacionales (al "padre la la patria" kim Il-sung y a su hijo Kim-jong-il), y los fieles de cualquier otra religión arriesgan penas durísimas- hasta la fusilamiento- si son descubiertos en actitudes "religiosas".
En la capital Pyongyang existen 3 iglesias, dos protestantes y una católica, pero son definidas "espejos para los pájaros" (en cuanto no son utilizadas para nada) y sirven para mostrarlas a quienes visiten el País.
En Corea del Norte no hay sacerdotes ni monjes budistas.
La Asociación dice que tiene 3.000 "católicos" entre sus inscriptos, pero fuentes de AsiaNews estiman el número en menos de 800: se trata por lo general de personas muy ancianas, bautizadas antes de la Guerra de Corea (desatada en 1950) y que no tienen ningún modo de practicar la fe.
En algunas ocasiones particulares como la Navidad, es posible que los fieles sobrevivientes se intercambien un deseo "de paz", pero nada más que esto.
El rechazo expresado hoy no cierra por lo tanto la cuestión. Pyongyang tiene una necesidad urgente de ayuda humanitaria que le llega del Sur, y sólo los cristianos y budistas tienen el permiso del gobierno de Seúl para preparar y enviar estos paquetes humanitarios.
Además como explica una fuente de Asianews que trabaja en este campo, "el Norte espera siempre al último momento para tomar una decisión definitiva. Y el hecho que quien respondió a la invitación haya sido la asociación y no el gobierno deja alguna esperanza para que alguna delegación nord-coreana esté presente en la misa del 18".