Por primera vez, y pese a su alta tasa de natalidad, el porcentaje de judíos en Israel está por debajo del 74%: según las cifras que ha difundido este 12 de abril la Oficina Central de Estadística, son hoy un 73,9%.
En 1948, al establecerse el Estado de Israel, el porcentaje de judíos era del 82%. En 2018 eran el 74,5%. La disminución en los últimos años se atribuye a la inmigración de población que en el censo no se declara judía.
Según las nuevas estadísticas el país cuenta en total con 9,3 millones de habitantes, de los que un 74% serían judíos y 1,9 millones son árabes (21% de la población), incluyendo en esa categoría a los árabes cristianos, cristianos armenios y drusos.
El censo permite inscribirse en la categoría “otros”, en la que se apuntan cristianos que no son de etnia árabe, miembros de otras religiones y personas que no quieren identificarse en lo religioso: en total, son unos 467.000.
Un país desarrollado con población muy fértil
Israel sigue siendo el país industrializado y rico con mayor tasa de fertilidad y también el más fértil de la OCDE, manteniéndose cada año desde 2012 por encima de los 3 hijos por mujer en edad fértil.
Los datos de 2019 constatan que la población musulmana es la más fértil (3,16 hijos por mujer, con unos 40.000 bebés nacidos ese año; la judía es también muy fértil, con 3,16 hijos por mujer en edad fértil, con 133.000 bebés nacidos ese año; y los cristianos, que son unos 160.000, el 2% de la población, son los menos fértiles, con sólo 1,8 hijos por mujer, y unos 2.400 bebés al año).
Sin embargo, hay que tener en cuenta que la fertilidad entre los judíos se concentra desproporcionadamente entre la población “haredí” o judía ultraortodoxa, que son un 11% de la población del país pero crecen al ritmo de un 5% al año, mientras que los otros judíos crecen un 1,7% y los árabes un 2,1% al año (datos de 2017).
Con todo, a medida que las mujeres haredíes tienden a casarse más tarde y a incorporarse al mercado laboral, su fertilidad va disminuyendo: en 2003 había 7,5 hijos por mujer fértil en este colectivo, mientras que actualmente serían 6,5.
Sólo un 12% de mayores de 65 años
Como resultado, el país es joven, con sólo un 12% de mayores de 65 años. Por comparación, en 2019 España tenía un 19,4% de mayores de 65 años y habría que viajar en el tiempo hasta 1989 para que España tuviera el porcentaje de mayores que hoy tiene Israel.
Pero el país también gana población mediante la inmigración. Desde que se estableció el Estado de Israel a mediados del s.XX, 3,3 millones de personas inmigraron a Israel, incluyendo un millón y medio que llegaron de la URSS al derruirse el imperio soviético en los años 90. Casi todos se declaraban judíos y podían demostrar tener ancestros judíos, pero muy pocos de ellos eran realmente religiosos.
La oficina de Estadística calcula que en 2030 el país tendrá 11,1 millones de habitantes y en 2048, al cumplir cien años el Estado de Israel, lo celebrará con 15,2 millones.
Los datos de finales de 2019 constatan, según esta oficina, que el 46% de los judíos del mundo viven en Israel, y que el 78% son “sabras” (nativos, nacidos en el país).
(Publicado originariamente en el portal de la Fundación Tierra Santa)