El negocio de la maternidad subrogada, ser vientre de alquiler, es una "trampa para pobres", denuncia el obispo de Ahmedabad en la India.

A una mujer pobre le pagan 4.800 euros y la alojan y alimentan durante 9 meses... luego entrega su bebé a una pareja, india o extranjera, que paga a la clínica 4 veces más. Nunca volverá a ver al niño ni saber nada de él.

El niño es un "producto" que se encarga y se entrega, la madre de alquiler un engranaje en el sistema de producción, los padres adoptivos unos clientes... todo un negocio donde los seres humanos son "cosas".


 "La maternidad subrogada ha ocurrido entre las mujeres más pobres, ya que es dinero fácil, disponible con poco esfuerzo, pero es una práctica que va en contra de la dignidad humana, a la que nos oponemos rotundamente", dice a AsiaNews el obispo católico de Ahmedabad, Thomas Ignacio Macwan.

En su diócesis de Anand está la sede de la Akankasha Infertility Clinic. Sobre el papel es una clínica para tratar la infertilidad. En la práctica es un negocio de producción y venta de bebés, el más famoso de la India, con clientes de todo el mundo. 

Fundada en 1999 por la doctora Nayana Patel, ofrece dos albergues para dar cabida a aquellas mujeres que están dispuestos a "alquilar" su útero para sembrar el embrión de una pareja infértil, y para continuar con el embarazo en su lugar.

Por nueve meses las madres de alquiler son alimentados adecuadamente y mantenidas bajo estricta supervisión médica.

Las mujeres deben tener entre 21 y 35 años de edad, ser originarias de Gujarat y no pueden hacer frente a más de tres maternidades subrogadas.

En caso de estar casadas, debe tener el consentimiento firmado de su marido. Los clientes también deben respetar ciertas reglas: deben ser casados ​​y no pueden elegir la "madre de alquiler", según su casta o religión.


El obispo Macwan explica a AsiaNews: "Esta clínica usa a las mujeres que vienen de situaciones muy pobres Algunos de ellas son católicos y en la diócesis hacemos todo lo posible para ayudarles a no recurrir a esta práctica. Yo les he dicho a algunas a veces: ´Si estás en problemas, estamos dispuestos a ayudarte. Pero no recurras a la subrogación de la maetrnidad´. Porque esta práctica va en contra de los valores humanos".

Por un embarazo subrogado se paga a la mujer cerca de 400.000 rupias (4.800 euros): sólo una cuarta parte de lo que tienen que pagar los "futuros padres".

A través del Departamento de los medios sociales, dijo el prelado, "hemos impartido cursos de sensibilización sobre el aborto y la maternidad subrogada, explicando que son malas acciones. Pedimos a todas las parroquias de ponerse en contacto con estas mujeres para ayuda y consejo, pero la realidad es que un buen número de ellas eligen ese camino de todos modos. Algunos de nosotros también hemos hablado con la doctora, pero ella afirma no hacer nada malo".

Ahmedabad es una de las más pequeñas de las cuatro diócesis de Gujarat, pero la más poblada desde una perspectiva católica: más de 70.000 fieles, entre unos 10 millones de habitantes.